Así nace este ambicioso proyecto, y así nos lo cuenta el escritor Jan Paul Schutten en las primeras páginas de Los animales por dentro. Mientras Arie se ha encargado de las imágenes, él ha redactado los textos que explican el entorno y las costumbres del animal radiografiado, así como algunas curiosidades, todo a favor de que el lector disfrute lo máximo posible de estas inusuales imágenes.
Teniendo en cuenta lo peligrosa que es la radioactividad, elaborar este proyecto no ha sido tarea fácil. Y esto no es todo: resulta imposible radiografiar a un animal vivo. Arie van’t Riet ha obtenido sus modelos de accidentes de tráfico, de mascotas muertas de distintos colaboradores y de obras disecadas por un taxidermista. El resultado merece la pena, y es que nunca antes había sido tan accesible contemplar cómo son por dentro unas alas de murciélago, la concha de un caracol o el aguijón de un abejorro.
Tengas la edad que tengas, seas de letras o ciencias, disfrutarás como un niño durante la lectura de Los animales por dentro. Una nueva visión del mundo animal recogida en una cuidada y atractiva edición, una obra única por muchos motivos.