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MEJOR NOVELA
nacional
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Templis
2020

El asesino de Alfas (primera parte de la saga)
Patricia García-Rojo

SM
Reseñas de novedades El Templo#78 (octubre 2020)
Por Pablo G. Freire
2.769 lecturas

Ningún perceptor sin familia; esa es la regla.

Viven entre nosotros, pero sus corazones laten a tres tiempos y sus sentidos están hiperdesarrollados. Solo unos pocos, los perceptores Alfa, dominan los cinco sentidos, y poseen la habilidad de someter a otros a su voluntad y liderar una familia.

Kate y su tío llevan toda la vida al margen del sistema, latiendo a ritmo humano y ocultándose de las familias. El día en que muere el primero de los Alfas, Kate revela accidentalmente su condición y es reclamada por los Galán. No le queda otra opción que convertirse en una más de la familia y esperar la oportunidad para deshacer su reclamo. Es la principal sospechosa de una serie de asesinatos, pero a la hora de la verdad el mayor obstáculo será el amor... y esa extraña sensación de pertenencia que empieza a crecer en su interior.

Aunque su título pueda sugerir una trama de misterio, en El asesino de Alfas los asesinatos son casi lo de menos. La intriga sucede de fondo y la protagonista permanece desconectada del conflicto durante buena parte de la novela, a la que le cuesta despertar interés durante el primer acto. Una vez superado este escollo, la trama coge carrerilla y se revelan más capas de lectura. Kate busca una fisura en el reclamo que la ata a los Galán pero, al mismo tiempo, encuentra en su nueva vida un espacio de crecimiento personal. Comienzan a desfilar ante el lector cuestiones relativas a la familia, la pertenencia y la libertad, tan vinculadas a nuestras propias estructuras sociales que generan una empatía inmediata.

En el mundo de los perceptores reina lo sensible. La muerte de un Alfa resuena con un estruendo metálico, la contemplación del arte puede resultar embriagadora y el sexo... el sexo es peligroso. Abandonarse al placer puede hacerte perder el control. Consciente de lo estimulante de la propuesta, la autora nos regala escenas que consiguen erizarnos la piel. Su sistema de magia no es demasiado profundo, y resulta tramposo cuando las habilidades de Kate progresan a conveniencia de la trama. Pero son esos momentos de lucimiento estilístico y derroche sensorial los que hacen justicia a la premisa de la novela. No es necesario que ocurra nada, solo tenemos que darnos la libertad de sentir.

Abre tus sentidos. No rechaces el reclamo. Y, sobre todo, mantente alerta. El asesino de Alfas acecha.