Tras pasar los últimos tres años con una familia de acogida, Mila ha decidido empezar a trabajar en una granja incomunicada donde viven niños y niñas que, como ella, son huérfanos. La pareja de granjeros que los tiene a su cargo (de mediana edad, cariñosos y estrictos) acoge también a adultos para que les ayuden a cuidarlos, además de realizar las tareas de la granja, como vender el género en el pueblo cercano. Mila se encargará, en principio, solo de Lee, pues está justo en la edad intermedia entre los adolescentes y los más pequeños.

Mila y Lee comienzan a desarrollar una relación muy especial, donde los miedos y traumas del niño comienzan a despertar los de la protagonista, que lucha por mantenerlos a raya, a pesar de que noche tras noche revive el incendio.

Pero ¿y si los miedos de Lee no fueran inventados? ¿Hay fantasmas de verdad en la granja? ¿Qué significan las pulseras que llevan todos los habitantes de la casa excepto Lee y ella misma? ¿Y por qué no deja de soñar una y otra vez con el incendio que la quema por dentro desde hace años?

Si miráramos el interior del hogar que ha construido Lacour para Mila en esta novela, encontraríamos los restos de un incendio, muchos fantasmas que no quieren dejar atrás este mundo y una culpa que comienza a devorar la madera como si de una plaga de termitas se tratara. Pero también una chimenea que comienza a encenderse y una familia dispuesta a aceptar los mayores terrores, culpas y duelos de su corazón. Un hogar de verdad que podría ser el comienzo de algo nuevo si Mila decide desprenderse de todo el peso que ya no le hace falta.

Lacour ha firmado una fábula sobre sanar las heridas del pasado para poder vislumbrar un posible futuro. Durante la lectura, la protagonista se enfrentará a sus miedos y, con toda seguridad, tú también tendrás ganas de enfrentarte a los tuyos. Esto hace de Un hogar de verdad una novela tan terrorífica como sanadora.

Aunque la trama de realismo mágico se tambalea en algunas ocasionas, la potencia de sus imágenes y el viaje interior de la protagonista sostienen una novela íntima y pequeña que busca resquicios de vida entre los cascotes de un huracán. Solo por ello, Un hogar de verdad es una lectura más que recomendable.