Asaltar un castillo medieval, enfrentarte a zombis, practicar deportes extremos, luchar en una guerra... Todo es posible en la Red Virtual. Solo necesitas una neurocaja para sumergirte en el videojuego que desees. Sentirás todo con tal intensidad (incluso el dolor, si quieres) que te parecerá que está sucediendo realmente.

Michael y sus amigos, Bryson y Sarah, son tres hackers que pasan todo su tiempo en el Sueño (es decir, dentro de la Red Virtual), utilizando sus habilidades para acceder a las experiencias más extremas. Su mayor preocupación es que los agentes de Seguridad de la Red Virtual (SRV) les pillen llevando a cabo alguno de sus «atajos informáticos», que no son del todo legales. Porque al fin y al cabo, por peliagudas que sean las situaciones a las que hacen frente en el Juego, el peligro no es real.

Al menos, eso es lo que ellos piensan... Hasta que oyen hablar de la Doctrina de la Mortalidad.

Del autor de El corredor del laberinto nos llega El Juego infinito, la primera novela de la saga de ciencia-ficción La Doctrina de la mortalidad. Este primer tomo está lleno de acción, intriga y aventuras, todo aderezado con un toque de misterio.

Uno de los aspectos más destacables de El Juego infinito es la ambientación. Ya que casi toda la historia se desarrolla en el mundo de los videojuegos, la novela tiene una impresionante variedad de escenarios; de bosques y trincheras al suburbio actual más común, pasando por toda clase de universos futuristas o fantásticos. Las descripciones de Dashner hacen que el lector se sumerja en la realidad de la Red Virtual como si fuera un jugador más en su neurocaja.

El ritmo de la novela es constante: los continuos cambios de escenario se corresponden con los avances en la aventura de Michael, Sarah y Bryson; cada nuevo lugar es un paso adelante que les guía hacia el explosivo final de El Juego infinito, un recurso de James Dashner al que ya estarán acostumbrados los lectores de El corredor del laberinto

De momento no hay neurocajas a nuestro alcance, pero no desesperes, lector. Si quieres sentir toda la emoción y la adrenalina de la Red Virtual, no tienes más que zambullirte en El Juego infinito.