En una nevada noche de mediados del siglo XV, dos figuras encapuchadas llegan a las puertas de Maguncia, Alemania. Una de ellas carga con un arcón que esconde el mayor de los secretos, un peligroso poder por el que, a lo largo de las centurias posteriores, muchos hombres y mujeres perderán su vida, dinero o cabeza con tal de tenerlo entre sus manos.

Blake Winter, de doce años, viaja a Oxford medio siglo después junto a su hermana y su madre, una famosa investigadora de textos antiguos a la que han ofrecido un trabajo durante el verano. Entre las baldas de la gigantesca biblioteca de la universidad, el niño descubrirá un extraño libro: aunque sus páginas parecen estar en blanco, de repente surgirán de ellas unas palabras que solo él puede leer.

La línea argumental de Maguncia y la de Blake convergen en la figura de Endymion Spring, un aprendiz de Gutenberg que estuvo a sus órdenes cuando inventó la imprenta. ¿Quién es Endymion y qué tiene que ver con el extraño libro en blanco que tantas personas parecen codiciar?

Con el boom de Harry Potter a principios de los 2000 se publicaron muchas novelas que seguían su estela. El secreto de Endymion Spring es una de ellas. Un elegido, un secreto del pasado y mucho amor por los libros son los tres ingredientes que funcionaban a la perfección entonces, y que hoy nos siguen encantando, aunque debamos reconocer que las costuras son ahora más fáciles ver.

La historia del presente es emocionante y tiene suficiente conflicto emocional (gracias a una trama familiar que no cae en dramatismos) como para mantener enganchado al lector. Su historia, tierna y convencional, no impide que resulte muy entretenida y dinámica. Por su parte, la trama del siglo XV, aunque está dotada de una ambientación espectacular, adolece de un ritmo moroso y su resolución es algo descafeinada. Ambas historias hubieran funcionado mejor con un poco más de cohesión, pues a veces parecen dos novelas completamente distintas que no llegan a retroalimentarse.

El secreto de Endymion Spring es una lectura perfecta para los que echan de menos la magia clásica en la literatura juvenil. Entre sus páginas no encontrarás grandes conflictos de personajes ni una trama enrevesada, pero sí un gran amor por la literatura que se respira a cada momento.