Fracturas de piernas, heridas, atropellos, esguinces, cortes por todo el cuerpo, caídas, lesiones y... muertes. Cuando llega el mes de octubre la familia de Cara vive en un estado constante de miedo. Desde hace años, los accidentes más fortuitos asolan a toda la familia. No parece haber explicación racional para lo que les ocurre: simplemente acaban el mes magullados y tremendamente agotados.

Alice, la hermana de Cara, se niega a creer en eso de «la temporada de los accidentes», mientras que su hermano Sam sí sospecha que hay algo raro con lo que viven. Su madre ha renunciado a luchar contra este destino que la ha tomado con ellos y cada vez está más cansada.

Este año, además, está siendo especialmente raro. Elsie, una chica de su clase, aparece de manera siniestra en todas las fotos que ha sacado Cara, pero ha desaparecido de las aulas. La estabilidad familiar está derrumbándose y los enigmas se acumulan y crecen hasta crear la duda: sus secretos penden sobre sus cabezas.

La temporada de los accidentes es la primera novela de Moïra Fowley- Doyle, una historia en la que se aleja de todo lo esperable en las narraciones ambientadas en un instituto estadounidense.

En este intento por construir una historia nada tópica, el resultado ha sido tan extraño como fascinante. Las relaciones amorosas de la novela no son las esperadas, la estructura tampoco y la historia central se vale elementos poco recurrentes.

Si bien se acerca más a otros libros similares por una narración en primera persona y una parte de la trama más previsible, sigue siendo una historia original en su estilo. Con una narración llena de metáforas y de elipsis narrativas, nos encontramos ante una primera novela bastante madura y peculiar. No obstante, creemos que la traducción no ha llegado todo lo impoluta que la novela merecía.

El libro no se adscribe a un solo género: oscila entre el realismo y la fantasía, pero además tiene algunos matices de la novela de terror. Y los temas que trata son amplios: van de la adolescencia a la violencia machista o la pérdida.

Con un resultado tan inquietante como original, La temporada de los accidentes no se olvidará fácilmente.