En los próximos días, el cometa Haley impactará contra la Tierra. Toda la población mundial morirá y nuestro hogar se convertirá en un lugar hostil e inhabitable. Los gobiernos mundiales han llenado tres naves con personas importantes para empezar de cero en otro lugar. La segunda de estas naves cuenta con los mejores científicos (y sus familias). El destino: Sagan, un planeta en el que parece viable la vida humana y al que tardarán más de tres siglos en llegar. Los futuros colonos serán puestos en suspensión durante este tiempo, custodiados por una tripulación elegida que jamás verá el amanecer en Sagan.

Petra es una adolescente, hija de dos científicos muy reputados, que quiere ser cuentacuentos, algo que exaspera a sus progenitores y enorgullece a su abuela. Por ello, entre las múltiples materias relacionadas con la biología o la geología que le serán insertadas durante sus trescientos años de sueño, la niña ha pedido también que se le incluyan todas las mitologías terrestres. Cuando se despierte, todo ese conocimiento estará grabado en su cerebro.

Pero una secta infiltrada entre los tripulantes de la nave convertirá la posibilidad de empezar de cero en un auténtico genocidio: Petra despierta, pero nada es lo que imaginaba. Nadie recuerda la Tierra, solo ella. Es la única esperanza de que todas las historias del Planeta Azul no se pierdan para siempre.

La última cuentista es una novela de ciencia ficción que reflexiona sobre si el ser humano es capaz de empezar de cero reconociendo sus fallos del pasado. ¿Podríamos prosperar en un nuevo planeta, o cometeríamos de nuevo todos los errores que nos han arrastrado al sistema actual y a la grave crisis climática que sufrimos? Con interesantes ideas sobre la individualidad frente al colectivismo extremo y la necesidad de preservar las raíces culturales, Donna Barba Higuera ganó la Newbery Medal por, en palabras del jurado, insuflar esperanza entre tanta oscuridad. Ese es el mayor logro de la novela: encontrar resquicios de luz, ternura y sencillez en un argumento que podría haber inaugurado una saga de diez tomos.

Aunque esa es, por otro lado, también su piedra más tambaleante: la simpleza de la prosa y lo arquetípico de los personajes le restan complejidad y peso a la trama, que acaba siendo un vehículo casi anecdótico del que se sirve la autora para explorar el conflicto de la protagonista.

Una fábula sobre los riesgos de la destrucción de la Historia. ¿Puede uno saber quién es si no sabe de dónde viene?