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El vuelo de las luciérnagas
Ana Alcolea

San Pablo
Reseñas de novedades El Templo#14 (febrero 2010)
Por Nerea Marco
16.481 lecturas

¿Pueden unos extraños muñecos sin ojos no esconder un misterio? ¿Pueden unos jóvenes resistirse a la tentación de entrar en una cueva escondida en el bosque? ¿Puede una reunión familiar convertirse en una aventura inesperada? Precisamente todo esto es lo que sucede en El vuelo de las luciérnagas, la última novela de la escritora Ana Alcolea. Además, el libro va acompañado de las estupendas ilustraciones de Juan Bauty, que les pone cara a los protagonistas con colores cálidos.

Antes del primer capítulo nos encontramos con dos cartas. Una de la escritora, Ana Alcolea, y la otra del ilustrador, Juan Bauty. En su carta dirigida a los lectores, Ana nos dice: "Esto que tienes en las manos es un objeto mágico. Parece sólo papel, cartón y tinta, pero contiene palabras. Y esas palabras forman historias que se han transformado en un libro. A eso lo llamo yo magia". Esa magia, esa historia, es la que la escritora nos quiere transmitir. Con su libro nos sitúa en Italia, en un valle de la Liguria, donde los miembros de una familia se reúnen para celebrar el aniversario de los abuelos. Los primos se reencuentran y, ayudándose de objetos como un cuchillo oxidado o unos muñecos sin ojos, tendrán que descubrir un secreto familiar guardado durante generaciones. Cerca de la casona familiar hay túneles bajo tierra, luciérnagas que alumbran el camino de noche y un viejo teleférico que hace años que no cruza el valle.

El estilo de Ana Alcolea es sencillo, pues el libro se sitúa en la colección La Brújula de la editorial San Pablo, a partir de 10 años. Quizás es algo más sencillo que otras novelas suyas, que sí que estaban dirigidos a público juvenil. Pero a pesar de ser ésta su primera incursión en literatura orientada a lectores de menor edad, sale airosa de ella con un libro que no deberían leer sólo los niños.

Déjate atrapar por la luz de las luciérnagas, que te guíen dentro de la cueva, que iluminen el camino de vuelta a casa en el teleférico, pero ten cuidado con los cuchillos oxidados y los tropiezos. Elige qué trama te gusta más, si la de los niños o la de sus padres, disfruta de una comida familiar en un valle de la Liguria, entre altas montañas y el olor de los lilos, y arriésgate a desvelar unos cuantos misterios familiares.