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Entrevista a...

Carlo Frabetti

El Templo #58 (junio 2017)
Por Víctor Heranz
4.815 lecturas
Escritor, guionista, matemático y columnista de El País, Carlo Frabetti es uno de los narradores juveniles más conocidos a causa de su novela Malditas matemáticas, lectura obligatoria en muchos institutos. Además, el autor, nacido en Bolonia en 1945, ganó El Premio Barco de Vapor con Calvina, y ha publicado más de cincuenta libros para adultos, jóvenes y niños. Sus temáticas son tanto fantásticas como realistas, pero todas ellas desbordan creatividad, inteligencia, misterio y una capacidad única de mostrar la lírica de lo cotidiano.

Has escrito más de cuarenta novelas para niños y jóvenes. ¿Cuál crees que es la diferencia entre la literatura juvenil y la infantil, a pesar de que en multitud de ocasiones se las reconozca como un todo?

Como dijo Tournier, la literatura infantil es la que también pueden leer niñas y niños, que no es toda la literatura, puesto que hay obras que no puede entender ni disfrutar por estar demasiado alejadas de sus intereses y experiencias. La literatura juvenil es un invento de las editoriales, puesto que un(a) adolescente puede leer con interés y provecho cualquier cosa que pueda leer un adulto. Lamentablemente, gran parte de la llamada literatura juvenil tiende a infantilizar a las/os jóvenes.

También has escrito guiones para televisión. ¿Cómo cambia tu proceso 2de escritura entre una novela y un guion?

Un guion es una propuesta que un equipo (actores y actrices, realizadores, etc.) desarrollará, mientras que una novela es una obra acabada en sí misma, que quien la lee completa con su imaginación: esa es la gran diferencia.

Tus novelas poseen una fuerte presencia científica, ya que eres matemático. ¿Cómo crees que las ciencias y las letras pueden retroalimentarse, en este caso a través de la literatura?

Creo que es muy importante que literatura y ciencia dejen de ser compartimentos estancos. La ciencia también es un relato, y un relato también es búsqueda de conocimiento. No se trata tanto de introducir en la narrativa temas científicos, como de incorporar a la literatura la visión del mundo y la actitud mental que la ciencia nos aporta.

 

En Malditas matemáticas: Alicia en el país de los números exploras la novela de Lewis Caroll desde una perspectiva distinta. ¿Qué te hizo lanzarte a utilizar el personaje de Alicia para hablar de matemáticas?

Alicia es un personaje creado por un matemático, y en su País de las Maravillas abundan los juegos lógicos. Además, «el país de los números» es un mundo fascinante donde es fácil perderse y encontrarse ante situaciones que suponen un desafío para la razón; un mundo que a muchos les parece misterioso, pero que podemos descifrar.

La trama de Nunca más se entreteje con poemas de Rilke, Rosalía de Castro, Poe o Bécquer. ¿Cómo surge la idea de emplear estos autores como hilo conductor?

Quería hablar de la importancia de la poesía, de su función movilizadora, de su exploración de los límites del lenguaje, y escogí poetas que fueron muy importantes en mi juventud, que me ayudaron a madurar y a enfrentarme al mundo.

En tu última novela, El trovador oscuro, la Edad Media es el telón de fondo para una historia en la que hablas de mujeres poderosas, homosexualidad, música y política. ¿Por qué esta simbiosis entre lo medieval y lo actual?

Los trovadores medievales supusieron una auténtica revolución ética y estética, que culminaría en el Renacimiento y daría paso al humanismo. Una vez más, he intentado hablar de la importancia de la poesía en la evolución de las personas y los pueblos.

Tanto en El trovador oscuro como en El ángel terrible hablas de la homosexualidad de una forma inclusiva, normalizada. ¿Qué crees que ha de ocurrir para que se escriban más personajes LGTB en la literatura juvenil?

Entre otras cosas, habría que acabar con la solapada censura religiosa. De hecho, El trovador oscuro fue rechazada un par de veces por decir que Ricardo Corazón de León, héroe de la cristiandad, era homosexual.

 

En Nunca más retomas ese concepto del ángel terrible de Rilke. ¿Están todas tus novelas conectadas de alguna manera?

Sí, todas mis novelas están muy conectadas, y en más de un sentido. Por ejemplo, el enano Ulrico aparece en buena parte de ellas de manera más o menos explícita, tanto en las infantiles como en mis novelas para adultos.

Calvina, con su atmósfera de terror de los años 20, tiene una fuerte influencia del teatro del absurdo y del cine clásico (la casa nos recuerda a la mansión de El crepúsculo de los dioses). ¿Qué te hizo escribir esta novela y cuáles son sus principales referentes? 

Quería escribir una novela que cuestionara, con humor, los clichés al uso y los roles masculino y femenino, y que hablara de la importancia de la lectura en la construcción de la identidad. Mis principales referentes son, creo, Poe, Calvino y Carroll.

¿Crees que el cine y la literatura juvenil se han enriquecido el uno al otro?

No creo que haya un verdadero diálogo literatura-cine; más bien una utilización oportunista de una y otro.

Participaste en la antología 21 relatos contra el acoso escolar. ¿Qué puede hacer la literatura para luchar contra este tipo de abusos? 

La literatura puede hacer mucho para invitar a los jóvenes a reflexionar, a profundizar, a ser más conscientes y críticos, y por tanto puede contribuir a luchar contra todo tipo de abusos.

Hace unas semanas, Juan José Millás hablaba en un artículo recogido por La Vanguardia sobre cómo en España se sigue ignorando la literatura juvenil y sobre la censura que muchas editoriales exigen a sus autores en las novelas destinadas a los colegios. ¿Qué opinas sobre esta marginación y sobre la posible censura?

Ya he aludido antes a la censura, que es muy real y bastante rígida en algunos aspectos. De hecho, algunos de mis libros de LIJ solo se han publicado en Cuba.

 

Los misterios y acertijos son uno de los pilares de muchas de tus novelas. ¿Es esta una de las principales influencias de tu formación como matemático en su literatura?

Desde luego. Creo que las grandes aventuras son las de la mente, e intento transmitir esta idea a los jóvenes.

¿Cómo crees que ha evolucionado la literatura juvenil en los últimos años?

Se ha vuelto excesivamente comercial y acomodaticia. Me parece preocupante el éxito de engendros como la saga Crepúsculo y la novela rosa para jóvenes, así como de una fantasía irracionalista y maniquea, en la estela de El señor de los anillos.

¿Cuáles crees que son los horizontes a conquistar por la literatura juvenil en la actualidad?

Librarse de la censura y del oportunismo comercial, que es otra forma de censura, seguramente la peor.

Y, para acabar, ¿nos podrías adelantar algo de tus futuros proyectos?

Pronto saldrán La vuelta al mundo en 80 enigmas, que es una secuela de Malditas matemáticas, y La Reina de Corazones, en la que, una vez más, me apoyo en mi maestro Lewis Carroll. Y estoy trabajando en una novela juvenil cuyo título provisional es El asiento peligroso, en la que intento reflexionar sobre los excesos del romanticismo.