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Entrevista a...

Iria G. Parente y Selene M. Pascual

El Templo #59 (agosto 2017)
Por Estefanía Moreno
5.878 lecturas
Iria y Selene autopublicaron su primer libro (Pétalos de papel) en 2012, y desde entonces se han convertido rápidamente en un favorito del público. Ahora, con más de seis libros a sus espaldas, nos hablan de su trayectoria en el mundo de la literatura fantástica y de sus futuros proyectos.

Para empezar, nos gustaría saber cómo una madrileña y una gallega empezaron a escribir libros juntas. ¿Cómo os conocisteis?

Iria: La magia de Internet. Formábamos parte del mismo foro de manga y anime y subíamos nuestras propias historias en la sección de fanfics (que nadie en aquel foro usaba para subir fanfics). Nos gustaban las historias que subía la otra y eran los tiempos del Messenger, así que nos agregamos y comenzamos a conocernos de esa manera.

Selene: Además, hay que decir que la familia de Iria es gallega y ella pasa todos los veranos aquí, así que pronto pudimos conocernos en persona… ¡Y aquí seguimos, más de diez años después! El foro en el que escribíamos desapareció (menos mal, esas primeras historias no deben ver la luz) y también lo hizo Messenger, pero por suerte ahora tenemos Hangouts de Google y nos vemos varias veces al año. De hecho, lo bueno de escribir juntas es que podemos estar mucho tiempo más juntas.

Se dice que de la experiencia se aprende. ¿Qué consejos les daríais a la Iria y la Selene que intentaban publicar su primer libro?

I: La curiosidad es que esas Iria y Selene, como las que somos ahora, nunca se obsesionaron con la idea de publicar. Era algo más sencillo: querían que la gente leyera aquella primera historia que habían escrito, que fue Pétalos de papel, pero a día de hoy los métodos para llegar a una serie de lectores son muchos y variados. Cuando la gente nos pregunta si volveríamos atrás porque empezamos autopublicando aquella primera historia, para nosotras la respuesta es clara: ni de broma. Autopublicar Pétalos de papel fue precisamente lo que nos ha permitido estar publicando al nivel en el que estamos publicando ahora. Nos hizo llegar a nuestros primeros lectores, y eso era todo lo que queríamos: lectores. Solo teníamos un enlace en un blog y sin embargo llegó a casi 10.000 descargas en un año, fue una verdadera pasada. Nos generó un público, un impacto, críticas constructivas de las que aprender y un interés por parte de las editoriales ante la cantidad de reseñas que pronto estaban por Internet.

Lo que sí les daría es un consejo a la hora de escribir: ¡por favor, no seáis tan cursis! ¡Me salen caries cada vez que intento leer una sola frase de esa historia! Jajajaja.

S: ¡No! Incluso las cursiladas forman parte de esa primera novela. Dejando lo empalagoso que fue Pétalos de papel, yo me iría incluso más atrás y les diría que no dejen de escribir y pasarse historias la una a la otra. Que, en su caso, es así como se forja una amistad y se lo van a pasar muy bien escribiendo y soñando, la publicación es lo de menos.

Vuestras novelas contienen dos temas que, queramos o no, siempre causan polémica cuando se muestran a un público juvenil: la prostitución en Sueños de Piedra y la diversidad sexual en Títeres de la magia. ¿Por qué quisisteis tratar estos dos aspectos en vuestros libros?

I: No diría que Sueños de piedra hable de la prostitución como tema principal aunque la protagonista sea prostituta. Si acaso, de la trata de personas, porque Lynne es engañada y metida en un prostíbulo cuando ni siquiera cumple la mayoría de edad. En cualquier caso, el verdadero tema de fondo es el machismo en Sueños de piedra. Lynne termina en esa vida porque en Marabilia no hay demasiadas oportunidades para las mujeres. La convencen de que la prostitución es su único camino valiéndose de un maltrato psicológico que la deja verdaderamente tocada porque no hay muchas más opciones para quien se le asigna el género femenino al nacer: le dicen que es o prostituirse o morirse de hambre. Y ella durante mucho tiempo lo cree, como se nos dice a las mujeres a día de hoy muchas cosas que no son ciertas y nos las creemos durante mucho tiempo. Y después, cuando nos damos cuenta de alguna mentira, despertamos. Sueños de piedra, al menos por parte de Lynne, es eso: su despertar, el darse cuenta de que el mundo tiene una base que nos discrimina por el hecho propio de ser mujeres y querer luchar contra ello. Y eso el público juvenil lo entiende, claro que lo entiende. El público juvenil en realidad puede entender cualquier cosa, por más que el público adulto se empeñe en decir qué deben leer o qué pueden comprender y qué no. El público juvenil está ansioso de entrar en conversaciones sobre temas importantes, de que se escuche su voz, y de encontrar en la literatura temas que les afecten día a día. El machismo es uno de esos temas, como lo es la diversidad de orientaciones sexuales que mencionáis de Títeres de la magia.

Siempre que tratamos algún tema en nuestras novelas es por una cuestión muy sencilla: porque nos importa, nos preocupa y porque hay algo que decir ahí. Es importante que hablemos de lo que nos rodea. Hablando de lo que nos rodea podemos cambiarlo, y hay muchas cosas que necesitan ser cambiadas. El hecho de que muchas personas nos hayan dicho que Títeres de la magia es la primera novela de fantasía que leen protagonizada por una pareja homosexual es un problema y necesita ser cambiado: digo más, es absurdo que sea así, sobre todo en un género como la fantasía, en el que literalmente podemos inventarnos sistemas y sociedades en los que no suponga un problema a quién quieras o con quién te acuestes, al margen de su género. Necesitamos que la literatura juvenil dé cada vez más visibilidad, más diversidad, en todos los aspectos: es la literatura juvenil la que más se consume y la que es leída a las edades más importantes. Podemos hacer una sociedad más tolerante y sobre todo podemos ayudar a un montón de jóvenes que día a día tienen miedo de ser rechazados por la sociedad (por su género, por su orientación, por su color de piel, inclusive por su religión, etc.) a que sientan que hay gente que piensa en ellos, los quiere y los acepta como tal. Y esa ya me parece una razón más que suficiente para esforzarse lo máximo posible en, cada vez más, abrir las puertas a una literatura más diversa y representativa.

¿Cómo ha sido para vosotras trabajar en la adaptación a cómic de Sueños de Piedra?

S: ¡Nos ha encantado! Aunque igual tiene que ver el hecho de que nosotras teníamos el trabajo «fácil». Al fin y al cabo, teníamos que guionizar una historia que realmente se había escrito a partir de un guion de teatro. Lo más complicado a lo que tuvimos que enfrentarnos fue resumir escenas, y aun así eso no es nada en comparación con el trabajo de Aida: ella es quien merece todo el mérito, que ha estado (y está, todavía) trabajando muy duramente en la parte visual.

 

Ladrones de libertad, la tercera parte de Marabilia, se publica en septiembre de este año. ¿Qué os llevó a decidir escribir libros con argumentos independientes ambientados en el mismo mundo?

I: Nuestra propia curiosidad y el hecho de que, de pronto, con el final de Sueños de piedra nos dimos cuenta de que Marabilia era un lugar con un montón de historias que contar y que iban a pasar cosas que eran muy interesantes. No queríamos hacer una saga como tal, con los mismos personajes, porque precisamente el interés estaba en ir cambiando el foco de atención. Pero sigue habiendo un fondo común, que es Marabilia, que se está viendo afectado por lo que sucede en los distintos libros. Estamos asistiendo a cómo distintas personas están cambiando poco a poco un mundo, con cosas que pueden parecer irrelevantes. Y creo que ese mensaje es importante: que tenemos que luchar porque cada pequeña lucha puede hacer que el mundo cambie. Una sola persona no puede mejorar el mundo de la noche a la mañana. Un montón de ellas, con un montón de luchas diferentes, peleando cada día, sí.

S: Eso… y que no hay que olvidarse de que somos las mayores fangirls de nuestros personajes. Después de acabar Sueños de piedra no podíamos dejar de preguntarnos qué habría pasado con los personajes. Así que empezamos a hacer teorías y, cuando nos dimos cuenta, teníamos una historia.

Después del pequeño sobresalto con Alianzas, el primer libro ha sido reeditado por La Galera y el segundo, Encuentros, se ha publicado hace pocos meses. ¿Cómo ha sido la experiencia de poder rescatar esta saga?

S: Extraña, no hay otra palabra. Tenemos sentimientos encontrados, porque por un lado está el sentimiento de alegría de poder hacer llegar la continuación de la historia a toda persona que lo desee, y por otro lado está el horror de tener que enfrentarnos de nuevo a una historia que escribimos hace ya algunos añitos. Y lo peor es que llevábamos en un parón mucho tiempo, y encontrarnos con los personajes ha sido una experiencia bonita y, al mismo tiempo, ajena: había momentos en los que no podíamos dejar de preguntarnos que cómo habíamos escrito algo. Porque claro, no refleja lo que pensamos en este momento. Pero a la vez es muy satisfactorio notar la evolución que hemos tenido en estos años (o, al menos, nos gusta pensar que la hemos tenido). ¡Y no todo el mundo tiene la oportunidad de revisar y corregir una novela después de que se haya publicado una vez! Sabemos que somos muy afortunadas, pese al mal trago con Everest.

Respecto a Alianzas, ¿qué cambios podemos encontrar en la reedición?

S: Pues en primer lugar, ¡una portada preciosa y una edición espléndida a cargo de La Galera! Y por nuestra parte, la novela abre con un prólogo nuevo, mucho más corto y depurado. Además, hemos recortado mucho texto y hemos cambiado algunos comentarios que eran un poco problemáticos desde nuestra ideología feminista actual. Además, el continente en el que pasa la acción se llama ahora Faesia (antes simplemente era «el Continente»). En esencia, sin embargo, el libro es el mismo: la trama y todos sus sucesos se han mantenido porque, al fin y al cabo, había mucha gente que tenía el libro de antes y hubiera sido muy injusto pedirles que se lo volvieran a comprar.

Vuestras novelas anteriores desarrollan una mitología propia, mientras que Rojo y oro está claramente inspirada en la cultura grecolatina; ¿cómo afectó esto al proceso de preparación de la novela? ¿En que textos os habéis apoyado para su documentación?

I: Si tuviera que decir algunos textos, diría básicamente tres: Las metamorfosis de Ovidio, Antígona, de Sófocles (de hecho hay un pequeño homenaje a la obra en el nombre de una de las amazonas, Ismene, como la hermana de la protagonista) y La Odisea, de Homero. De cada una de ellas hemos sacado una cosa: Antígona colaboró mucho a la creación de una heroína como es Asteria. Definitivamente Antígona no era amazona, ni gladiadora, ni nada que se le parezca, pero lo que mueve a Antígona y lo que mueve a Asteria es lo mismo: el amor por su familia y el deseo de justicia. Antígona es una heroína capaz de rebelarse contra el sistema solo para darle un entierro digno a su hermano fallecido. Asteria es una heroína capaz de rebelarse contra el propio emperador, sola, para luchar por sus hermanas (no de sangre, pero que siente como tal) cada día. De Las metamorfosis sacamos el ambiente mitológico: el hecho de que un personaje nazca de la sangre derramada de un conflicto u otro de una voz recitando un poema de amor es algo que podría haber ocurrido en las historias que nos cuenta Ovidio. Y Homero nos dio el tono de los Cantos, así como el ambiente necesario para las pruebas del laberinto que se presenta en la novela, que es una mezcla justa entre fuerza mental y bruta.

S: Sin embargo, al final es solo eso: inspiración. Nos hemos tomado muchas libertades y hemos hecho y deshecho a nuestro antojo. La cultura es una mezcla entre Grecia y Roma, y la gente tiene que ser consciente de que en pocas cosas hemos sido históricamente precisas. De hecho, en algunas ocasiones hemos adaptado la realidad o los mitos para nuestros propios objetivos en la historia.

 

En la novela Rojo y oro, Eris, la diosa de la discordia griega, es identificada como la deidad del caos, aunque el panteón griego había otro dios, el propio Caos, que tenía dicho poder. ¿Por qué unisteis a Eris con el caos y qué es lo que os atraía de este personaje para convertirlo en el centro de la trama?

S: En Rojo y oro nos tomamos algunas licencias, como se puede ver en la misma existencia de Orión, que no existió nunca en la mitología griega como dios de la vida. Esta es otra de esas licencias, pero creemos que tiene sentido: Eris es la diosa de la Discordia, y simplemente hay que ver lo que hizo con la manzana para ver que no dista mucho del caos, en realidad… En última instancia, además, sirvió para un fin simbólico, más visual. Caos conlleva imágenes más potentes que Discordia.

I: Además, el Caos mitológico en realidad no tenía una concepción peyorativa como tal, y no resultaba tan icónico. Eris, en cambio, ya está más cerca del conocimiento popular como una diosa que conseguía crear grandes desastres. Esta deformación del mito o la realidad para adaptarse al imaginario colectivo lo hacemos más veces a lo largo de la novela: por ejemplo, poca gente sabe que en realidad el pulgar alzado en una batalla de gladiadores significa muerte en vez de salvación (indicaba el ascenso a los cielos, mientras que el pulgar hacia abajo indicaba la permanencia en la tierra). Colectivamente hemos interiorizado lo contrario, a partir de un montón de tradición visual, y precisamente porque a ese nivel se identifica más así, lo dejamos de esa manera incluso sabiendo que era incorrecto. Es nuestro mundo, por muy inspirado en la Historia que esté, así que podíamos permitirnos esas cosas.

La mitad de Rojo y oro está contada desde el punto de vista de Asteria, un personaje cuya voz narrativa emplea el femenino genérico. Además, en Sueños de piedra Lynne, la protagonista, es una mujer emprendedora que defiende valores como el del amor sano. ¿Cómo han reaccionado los lectores ante estos dos personajes? ¿Consideráis que el feminismo se está haciendo cada vez más presente en la literatura juvenil?

I: Tanto Asteria como Lynne son muy queridas por el público, especialmente el femenino, claro. Asteria viene de una sociedad de mujeres en las que los hombres ni existen, su lenguaje tenía que representar eso de alguna manera. Más allá de eso, representa la sororidad, la importancia de pensar en otras mujeres, de luchar por todas. Es un valor del feminismo que es importante recalcar porque el sistema patriarcal nos impulsa a estar en constante competición entre nosotras. Asteria no lo entendería, definitivamente. Lynne, por su parte, es alguien que ha crecido en ese patriarcado en el que nacemos todas, así que la conexión es muy fuerte con ella. Nos han llegado mensajes muy bonitos pero también muy tristes sobre chicas que han vivido maltrato y que se han visto representadas en mujeres como Lynne. Dicen que el personaje les ha ayudado, y eso es precioso, pero siempre nos quedamos con una sensación agridulce porque nadie debería sentirse identificada con Lynne. Lynne es un personaje con la mente muy rota: incapaz de quererse a sí misma, incapaz de creer en lo que puede hacer, convencida de que solo importa su cuerpo, recordando constantemente todas las veces en las que le han hecho creer que no es válida… La pena es que, sí, muchas mujeres son Lynne a día de hoy. Y con eso hay que acabar. Lo cual me lleva precisamente a la segunda pregunta: no sé si el feminismo se está haciendo cada vez más presente en la literatura juvenil; quiero pensar que sí. De lo que estoy segura es de que es necesario que así sea.

S: Yo sí creo que está cada vez más presente, igual que lo está en la sociedad. O, por lo menos, se le da más visibilidad gracias a que las autoras (y los autores) están alzando la voz y se crean movimientos que tratan de poner el foco en novelas reivindicativas y que tratan de concienciar sobre muchos temas distintos, incluido el empoderamiento de la mujer. También hay (o eso quiero creer) un público lector mucho más concienciado que está pidiendo que se hable de feminismo, de diversidad sexual, de diversidad racial, de tipos de cuerpos no normativos, etc.

¿Cómo organizáis el trabajo para escribir a cuatro manos? ¿Cómo lidiáis cuando surgen diferencias sobre cómo enfocar una escena?

S: Para nosotras ya es una tradición dividirnos los personajes y partir de unos diálogos previos a la hora de escribir. Creemos que es el método que mejor nos funciona y así también nos dividimos el trabajo. Bueno, tengo que reconocer que a veces no es una división muy equitativa… pero nos funciona. En Ladrones de libertad, por ejemplo, yo salí ganando en el reparto e Iria tenía muchos más personajes.

En cuanto a las diferencias en las escenas, intentamos no cegarnos y ver qué es lo que la historia o los personajes nos piden. La mayoría de las soluciones son muy lógicas y cuando no… la única manera es probar y equivocarse. Si no vemos bien una escena a la hora de hacer los diálogos, repetimos hasta que nos deja una buena sensación.

 

Ambas estáis muy presentes en redes y tenéis un contacto muy cercano con vuestros lectores. Como autoras, ¿qué os aporta esa relación?

I: ¡De todo! Literalmente de todo. Desde aprendizajes a la hora de escribir a ratos muy divertidos o emotivos. Además, tenemos una comunidad muy activa, muy apasionada y sobre todo muy creativa: se quedan pensando en los personajes, los dibujan, escriben sobre ellos, ¡alguna persona ha hecho hasta camisetas o collares con lemas o frases de las novelas! Es precioso ver que algo que tú creas es recibido con tanto cariño. Siempre vamos a estar muy agradecidas a todas las personas que nos apoyan y nos leen y nos quieren tanto. Sin todas ellas no seríamos, ni nosotras ni nuestras historias, ni la mitad de lo que somos.

Con esa presencia en Internet, seguro que os han llegado opiniones de todo tipo; ¿hay alguna que recordéis especialmente? ¿Cómo empleáis los comentarios de vuestros lectores de cara a trabajar en futuras novelas?

I: Creo que guardo con especial cariño todas esas experiencias que nos han llegado de chicas identificadas con Lynne, y que sería injusto quedarme con una sola de esas vivencias. Son muy complicadas y hay un montón de mujeres valientes detrás de ellas, mujeres despertando y mujeres luchando. También me quedo con las personas que nos escriben diciendo que nuestros libros les han introducido a la fantasía pese a que antes no les interesaba en absoluto: nos hace ilusión porque realmente amamos el género y pensar que podemos ser un primer paso de un apasionante viaje es algo muy bonito.

S: Por supuesto, luego hay comentarios constructivos que nos hacen darnos cuenta de nuestros errores. Aprendemos día a día, al fin y al cabo, y queremos seguir mejorando. Por eso intentamos leernos todas las reseñas que podemos y todas las críticas: porque una novela nunca está perfecta. Si consideramos que objetivamente hay algo de lo que podemos aprender, intentamos aplicarlo a la siguiente historia. Somos conscientes, sin embargo, de que a veces prima la opinión personal, y lo que a una persona puede parecerle mal (más o menos descripción, más o menos introspección del personaje) puede encantar a otra o simplemente ser parte de nuestro estilo.

Y para terminar, ¿en qué estáis trabajando actualmente?

I: Ahora mismo estamos desarrollando lo que en redes llamamos #ProyectoChamberí, una novela que se publicará el año que viene y en la que saltamos por primera vez a la actualidad y a nuestro mundo, concretamente España, con un grupo de personajes bastante variopinto y que no son las mejores personas del mundo. No podemos decir mucho más, solo que, obvio en nosotras, no es realismo.I y S: Por último, queríamos agradeceros vuestra labor en la literatura juvenil y que nos hayáis realizado esta entrevista. Ha sido un placer formar parte de vuestra revista.