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Entrevista a...

Morgan Matson

El Templo #59 (agosto 2017)
Por Cris Menéndez
2.681 lecturas

¿Sabías que...?

– Nació el 19 de septiembre de 1981 en Nueva York y creció en Connecticut.

– Katie Finn es su segundo nombre y su alter ego literario, que también escribe libros juveniles, pero más ligeros y di­vertidos que los de Morgan Matson.

– En el instituto escribía pequeñas obras de teatro para los festivales escolares.

– Se fue a California a estudiar en la uni­versidad porque quería ser actriz.

– Su primer viaje de carretera fue de camino a la universidad en California. Hizo el viaje desde Connecticut, en el sentido contrario que Amy y Roger.

– Además, estuvo un mes en la carretera para documentarse para escribir Amy y Roger.

– Estudió Teatro, Escritura creativa para niños y, más tarde, Guion cinema­tográfico.

– Trabajó como editora en Scholastic.

– Sus personajes hacen cameos de libro en libro. Por ejemplo, Amy y Roger aparecen brevemente en El verano de las segundas oportunidades com­prando bagels.

– El perro de El verano de las segundas oportunidades se llama Murphy. Años más tarde, cuando quiso adoptar un perro, en el refugio de anima­les le preguntaron: «Entonces, ¿quieres conocer a Murphy?», lo consideró una señal y ahora Murphy es su fiel mascota.

 

 


Amy y Roger está inspirada en tu amor por los viajes de carretera e incluso hi­ciste el mismo viaje recopilando tickets y vivencias para el libro. ¿Cómo fue la experiencia de viajar por el país para y con tus personajes?

¡Fue maravilloso! Me encantó hacer un viaje de carretera por todo el país para documentarme. Además, fue algo que cambió significativamente el proce­so de corrección de la novela: después de haber visitado los lugares sobre los que había escrito, empecé a sentir que la historia era mucho más rica y real. Me encantan los buenos viajes de carretera, y quiero volver a hacer uno que cruce todo el país dentro de poco.

Después de Amy y Roger empezaste a escribir otra novela que nunca llegó a ser publicada. ¿Qué pasó con ella y de qué trataba?

Aprendí muchísimo con ese libro (que nunca llegó a tener título). Des­pués de terminar Amy y Roger, me lancé a la piscina demasiado rápido; no había tenido tiempo suficiente para pensar en los personajes y conocerlos de verdad. Era una historia que se desarrollaba en un fin de semana y que tenía como pro­tagonista a una chica que trabajaba en el cine de sus padres, en una ciudad pe­queña de Pensilvania. El libro tenía co­sas que me gustaban, pero no terminó de cuajar. Además, por esa época, se me ocurrió la idea para El verano de las segundas oportunidades, que me atraía mucho más. Aunque sí que utilicé la úl­tima frase de ese libro, que pasó a ser la última frase de Desde que te fuiste, así que no fue totalmente en balde.

¿Qué fue lo más difícil de escribir El ve­rano de las segundas oportunidades?

La verdad es que uno de los aspec­tos más complicados de ese libro fue el hecho de que todos los personajes estu­vieran en la misma ciudad durante toda la historia. Con Amy y Roger me había acostumbrado a que los protagonistas se movieran de sitio casi todos los ca­pítulos y a introducir nuevos persona­jes constantemente. Con El verano de las segundas oportunidades tuve que volver a aprender a escribir un libro sin cambiar la ambientación y los persona­jes tan a menudo.

 

 

 

Todos tus libros tienen un aire veranie­go. Incluso a pesar de los corazones ro­tos y la tristeza, el lector puede sentir la felicidad y el calor del verano luchando por salir a la superficie. ¿Cuáles son los ingredientes para una novela veranie­ga de Morgan Matson?

¡Me encanta ambientar mis historias en verano! Es una época muy especial: da la sensación de que todo es posible y de que los límites y los grupos de gen­te por los que se caracteriza el curso escolar dejan de ser importantes. Creo que los ingredientes para una novela veraniega de Morgan Matson son los si­guientes: una chica, un chico guapo, un poco de helado, café con hielo y, quizá, un perrito peludo. Un grupo de buenos amigos y una aventura (una búsqueda del tesoro, una lista...) también son im­prescindibles. Y siempre tiene que estar presente la oportunidad de cambiar, de salir de la zona de confort, de conocer­se mejor y de convertirse en una versión diferente de uno mismo para cuando llegue septiembre.

Amy, Roger, Taylor, Henry, Emily, Frank, Sloane, Andie, Clark… Todos tus per­sonajes podrían pasar por el vecino de al lado o los amigos del instituto. Son reales, humanos, imperfectos y adora­bles. ¿Cómo creas estos personajes tan buenos?

Paso mucho tiempo trabajando en los personajes antes de empezar a escri­bir. Necesito pensar en ellos como per­sonas de verdad y que sus historias ten­gan un trasfondo, aunque quizá nunca llegue a reflejarse en las páginas del li­bro. Solo cuando siento que los conozco y que son personas de verdad empiezo a escribir. Por eso me encanta introducir pequeños cameos de personajes anti­guos. Siempre es divertido ver qué tal les va a todas las personas a las que he dedicado tanto tiempo.

A menudo te encuentras con otros ami­gos escritores para escribir juntos o vas a retiros. ¿Hasta qué punto tus libros se han beneficiado de este tipo de even­tos?

¡Es superútil! La escritura puede ser una actividad tan solitaria que no hay nada mejor que tener un grupo de ami­gos que también son escritores con el que poder quedar, aunque sea mientras trabajemos. También está genial poder pedir ayuda o consejo a tus compañeros de escritura cuando te quedas atascado en una escena o en una frase.

Sabemos que te encanta escribir ficción realista, pero si tuvieses la idea adecua­da y fuese el momento adecuado, ¿qué género te gustaría probar?

Me encantaría intentar escribir fan­tasía, ¡o incluso viajes en el tiempo! Hay un poco de fantasía en Todo lo inespe­rado, y fue muy divertido probarlo.

 

 

Entre Desde que te fuiste y Todo lo in­esperado escribiste una trilogía chick-lit juvenil bajo tu pseudónimo, Katie Finn. En España solo conocemos a Morgan Matson, así que sentimos curiosidad por Katie Finn. Por favor, preséntanos a tu identidad no tan secreta y sus libros. ¿Cómo combinas escribir bajo los dos nombres al mismo tiempo?

¡Mi identidad secreta ha sido revela­da! Los libros de Katie Finn giran más en torno al argumento que los de Morgan Matson, que están más centrados en los personajes. Los libros de Morgan son más realistas, mientras que los de Katie tienen más tensión como una buena te­lenovela, pero ¡también son divertidos! La trilogía Broken Hearts and Revenge tiene lugar en la playa, en Los Hamp­tons, donde Gemma [la protagonista] tiene que hacer malabarismos con iden­tidades equivocadas, tres chicos muy monos, un némesis y su propio corazón roto.

  

Estudiaste Teatro, y también tienes un máster en Guion cinematográfico. Si una productora estuviese interesada en uno de tus libros, ¿cuál te gustaría ver en la gran pantalla? ¿Te gustaría es­cribir tú misma el guion?

¡Esta es una buena pregunta! Creo que Amy y Roger sería la historia más ci­nematográfica, con todas esas diferentes localizaciones a lo largo de los Estados Unidos, pero Desde que te fuiste podría ser la más divertida. Y me encantaría es­cribir el guion. Creo que sería un buena oportunidad para contar la historia de una forma completamente nueva.

Si pudieses irte de vacaciones con uno de tus personajes, ¿a cuál elegirías y a dónde iríais?

¡Oh, qué difícil! Creo que me gus­taría ir a un viaje de carretera con Amy y Roger. Creo que Roger nos ofrecería una banda sonora genial.

Hemos leído que tu nuevo libro, Save the Date, que sale este año en inglés, surgió de un personaje de Todo lo ines­perado. ¿Puedes contarnos algo sobre el libro y sobre cómo tuviste la idea?

En realidad no tienen personajes en común, solo el pueblo en el que ambos transcurren. Y puede que aparezcan al­gunos cameos divertidos de gente de mis otros libros.

El libro trata sobre una chica llama­da Charlie, que está terminado su úl­timo año de instituto y está intentan­do decidir a dónde ir a la universidad. Todo el libro transcurre durante un fin de semana. Ella es la más joven de cinco hermanos y la familia se reúne para la boda de su hermana mayor. Es un fin de semana lleno de revelaciones, secretos familiares, chicos guapos, perros ines­perados, reyertas familiares y un desas­tre pastelero. Es un fin de semana que lo cambia todo.