Cinco años después de su debut en la gran pantalla, Alicia regresa al País de las Maravillas de la mano de Tim Burton (esta vez como productor), Johnny Depp y Helena Bonham Carter. Pero, más allá del título, son pocas las cosas que comparten la obra original de Lewis Carroll y esta nueva y estrambótica película.

En el reportaje sobre el País de las Maravillas del número 33 te dimos las pinceladas sobre el mundo que hay al otro lado del espejo que atravesó Alicia... al menos en la novela. Probablemente la primera sorpresa es que ese universo, de hecho, nada tiene que ver con El País de las Maravillas: cuando Alicia cruza el espejo, donde va a parar es a un mundo en el que todo funciona al revés. Su misión, el hilo conductor de una novela plagada de los diálogos locos que tanto caracterizan a Carroll, es completar una partida de ajedrez. A lo largo de la partida, Alicia recorre el mundo al otro lado del espejo. Y aunque aquí es donde se presenta a personajes como los hermanos Tweedle y Humpty Dumpty, ni Cheshire ni el Conejo Blanco ni la Liebre de Marzo aparecen.

En las versiones cinematográficas Alicia (encarnada por Mia Wasikowska), en lugar de una tierna niña, es ya una adolescente. En A través del espejo, sin ir más lejos, es capitana de su propio barco y tiene un aire a sufragista femenina del siglo XIX. Y lo primero a mencionar es que, aunque toda adaptación de la literatura es algo que celebrar, tal vez las licencias de los guionistas en este sentido se han excedido. Una serie de circunstancias llevan a Alicia a cruzar un espejo mágico que la transportará de nuevo al País de las Maravillas. La noticia de que el Sombrerero está en peligro de muerte llevará a Alicia a recorrer de nuevo este mundo y enfrentarse, ayudada por sus amigos de toda la vida, al Tiempo.

Debido a que en la primera película ya se fusionaron elementos y personajes de ambos libros (también con una aventura propia que nada tenía que ver con la original), no es de extrañar que se hayan inventado una nueva historia por completo para este segundo largometraje. Pero aunque ambas películas se basan en los personajes creados por el escritor, a diferencia del primer filme, a esta segunda aventura le falta gancho. El aspecto más positivo es que han sabido recrear el lenguaje y el espíritu de Carroll: unos diálogos en los que la línea entre lo absurdo y lo estúpido se desdibuja, acompañados de reflexiones sobre los amigos, el paso del tiempo y luchar contra lo imposible.

Aunque menos emocionante que su predecesora y algo más difícil de creer, los coloridos escenarios, los entrañables personajes de siempre y ese toque «Burton» que transforma las películas que pasan por sus manos harán que tengas una muy buena tarde de cine en compañía de Alicia y su País de las Maravillas.