En este número os traemos un caso diferente del que os solemos plantear en esta sección. En las pasadas ediciones de El Templo, analizábamos las adaptaciones al celuloide de obras juveniles en papel. El hecho de encontrarnos ahora con un caso contrario ha despertado nuestro interés y no hemos querido dejar pasar esta vez la oportunidad de reseñarlo.

La muy adaptada, muy versionada y muy de moda Caperucita ha encontrado un buen filón en la taquilla de la mano de la crepusculera directora Catherine Hardwicke. En esta ocasión, nuestra muchacha encapuchada se llama Valerie y vive en la aldea de Daggorhorn, un reducido pueblo perdido entre las montañas y los bosques del reino. En esta aldea, que vive sumida en el miedo por el acoso al que el Lobo somete a sus habitantes, vive también Peter, el amigo de la infancia de Valerie, y Henry el joven al que la han prometido. La película da lo que promete desde el principio: un triángulo amoroso de esos de «quiero estar contigo para siempre pero me han prometido con otro» y de los de «oh, por qué son los dos tan fabulosos, es tan difícil cuando todos te quieren...». También escenas de acción a manos de los soldados del extremista Padre Solomon, interpretado por Gary Oldman, y sobre todo misterio. Mucho, mucho, misterio. ¿Quién demonios será el temido Hombre-Lobo feroz?

Los efectos, los paisajes, las actuaciones y la estética de la película acompañan a esta producción que entretiene de principio a fin y no da tiempo a que se te haga larga ni pesada en su poco más de hora y media de metraje.

Previendo probablemente lo que sería un éxito de taquilla y debido al auge que hay de lectores juveniles se decidió hacer una novelización del guión de la película escrito por David Leslie Johnson. Dicha novelización corrió a cargo de Sarah Blakley-Cartwright (pese a que su nombre no aparezca en la portada de la edición impresa de Caperucita Roja ¿A quién tienes miedo?).

Os preguntaréis qué os ofrece la novela. La historia nos habla de Valerie, que vive en la pequeña aldea de Daggorhorn, un pueblito perdido del reino que es acosado por el temible Lobo. Os sonará probablemente del párrafo anterior. Bueno, no pretenderíais que el libro fuera de unicornios, a fin de cuentas está basado en la película.

Pese a lo que pueda parecer el libro no es malo. El problema radica en que no ofrece nada más allá de lo que lo hace la película. No hay una profundización en los personajes, sus sentimientos o su forma de pensar más allá de lo que ya ves en la gran pantalla. Además del «pequeño» contratiempo de que el final queda abierto para que uno vea la película, claro. Un dato que quizá no todo el mundo sepa, por cierto: para leer el final de la historia tenemos que descargar el último capítulo on-line (que sólo estuvo disponible tras el estreno del largometraje). Quizá si uno lee primero la novela y luego ve su versión filmada se disfrute más de ambos, desde El Templo lamentamos decir que no lo hicimos así.

Como conclusión, y haciendo referencia a la calidad de la adaptación de la pantalla al papel, diremos que no nos encontramos ante una «mala copia» impresa. El pecado de este libro es quizá el de ser prescindible.