Ciudades de papel llega a la cartelera siguiendo la estela del triunfo de John Green en librerías españolas. Siendo uno de los autores más vendidos en nuestro país en 2014 y tras el éxito entre los fans de la adaptación de Bajo la misma estrella, el mismo equipo que trajo esta primera película nos hace llegar la versión cinematográfica de la que fue la tercera novela del autor.

Quentin, el protagonista de nuestra historia, es un joven que cree que a todas las personas les corresponde un milagro en la vida. ¿El suyo? Vivir enfrente de Margo Roth Spiegelman. Ella era su mejor amiga cuando eran pequeños. Durante esos años de infancia, encontraron el cadáver de un hombre que se había suicidado, y Margo, cómo no, quiso investigar por qué lo había hecho. Sin embargo, Quentin nunca ha sido igual de lanzado que ella.

Ahora que están en su último curso del instituto, ella parece haberse olvidado de su amistad. Por eso, cuando Margo aparece en la ventana de Quentin una noche y le ofrece llevar a cabo una serie de aventuras, este deja de lado sus remilgos y no puede decirle que no. Quentin piensa que todo cambiará a partir de esa noche. En efecto, las cosas cambian, pero no como él esperaba: Margo ha desaparecido sin despedirse de nadie. Lo único que ha dejado tras de sí es una serie de pistas que obsesionan a Quentin en la búsqueda de la joven.

Nat Wolff (a quien ya vimos como Isaac en Bajo la misma estrella) es el encargado de interpretar a Quentin Jacobsen, mientras que Margo Roth Spiegelman es encarnada por la británica Cara Delevingne. Los guionistas de la película son Scott Neustadter y Michael H. Weber, los mismos que escribieron el guion de la anterior película, aunque el director en esta ocasión ha sido Jake Schreier.

Las diferencias de la película con el libro son notables, aunque no se ha alterado nada esencial en la historia. La primera hora sigue fielmente lo que se narra en el texto, pero en la segunda mitad empiezan a cambiar las cosas: hay muchas escenas del libro que no aparecen, se comprimen otras y hay cambios en el modo de resolver la historia. A la hora de adaptar un libro a la gran pantalla, está claro que muchas escenas tienen que desaparecer por cuestión de tiempo y, aunque podamos echar de menos algún episodio o algún diálogo en concreto, todo lo que era importante en el libro ha sido incluido. De hecho, la película gana en otros aspectos: lo que en la novela eran reflexiones reiterativas y drama se pierde, de manera que la película gana ritmo y entretiene al espectador en su mayor parte.

Los que estén preocupados por los divertidos personajes secundarios del libro no tienen nada que temer. Radar, Ben o Lacey son en el libro el contrapunto a la preocupación de Quentin por Margo. Y en el cine no es de otra forma, pues han aprovechado los toques de humor para hacer una película bastante divertida gracias a estos secundarios. Es más, la película incorpora un cameo del que no os queremos contar mucho, pero que alegrará a más de uno.

lasSin duda, uno de los principales atractivos de Ciudades de papel son los temas que explora, que se reflejan en la película de la misma manera que en el libro. Todas las reflexiones acerca de la amistad, de la idealización de las personas de nuestro alrededor y de convertirse en un adulto se ven en la pantalla también. El resultado de la historia quizá no sea tan redondo como en otros libros del autor, pero está claro que tiene la capacidad de dejar al lector, o al espectador, pensando, fuera de su zona de confort.

Aprovecha estos días, que todavía está en cines, y disfruta del final del verano con esta película que no te dejará indiferente. Si no has leído el libro estamos seguros de que la disfrutarás también y, si lo has leído, ¿a qué estás esperando?