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Harry Potter y el misterio del príncipe
J. K. Rowling

Dirigida por David Yates
Del papel a la pantalla El Templo#11 (agosto 2009)
Por Pablo C. Reyna (Cronista)
7.569 lecturas

Cuando ya hemos visto cinco películas del ya no tan niño mago, pensamos que nada nos puede impresionar. Entonces llega la sexta entrega, Harry Potter y el misterio del príncipe, para sorprendernos. Sorprendernos y recordarnos por qué J. K. Rowling es la escritora más exitosa de principios del siglo XXI.

Por si hay alguien que no conoce esta historia, Harry Potter es un aprendiz de mago nada común. Como si no tuviese bastante con aprender a confeccionar pociones contra el hipo o hechizos transformadores, a su rutina se suma la lucha contra el mayor hechicero (y más peligroso) de todos los tiempos, Lord Voldemort. Durante los siete libros que duró la saga lo combatió a capa y varita, y este sexto libro supone el preludio al gran final. Acción, misterio, un pasado que vuelve y una buena ración de amor componen Harry Potter y el misterio del príncipe, llevada a la gran pantalla por el cineasta David Yates.

El director, que era un gran desconocido cuando tomó las riendas de Harry Potter y la Orden del Fénix, ha sabido hacerse con los fans. Superado el periodo de prueba, Yates ha tenido ocasión de lucirse en esta sexta entrega y nadie puede dudar que el resultado es excelente, convirtiendo la película no sólo en un producto decente, sino en una producción de gran calidad. Las de Harry Potter, hoy más que nunca, pueden presumir de ser auténticas sagas cinematográficas. Poco tienen que ver con otras adaptaciones, rápidas y descuidadas, de las que en El Templo preferimos ni hablar.

Steve Kloves, guionista de las películas (a excepción de la quinta, en la que le suplió Michael Goldenberg), tenía un duro trabajo por delante. De la novela original ha eliminado toda mención a la familia Gaunt o los Fundadores (a los que tendrá que recuperar irremediablemente con los últimos horcurx), y el guión se ha apoyado más en las tramas amorosas. Lavender y Ron, Ron y Hermione, Harry y Ginny... una poción explosiva de hormonas que se desarrolla con una mezcla de sentimientos y humor.

Pero no termina aquí la historia, y es que los «malos» quieren entrar a Hogwarts para cumplir una misión. Es hora de averiguar quién es el Príncipe Mestizo (no esperes grandes explicaciones en la película) y conocer el final de uno de los personajes más carismáticos de los libros. La escena no transmite tanta emoción como el libro, pero ya se sabe que siempre es mejor el original.

Con sus pros y contras, la sexta película no decepciona. Lejos de seguir a rajatabla el texto original de J. K. Rowling, el filme ha buscado su propia identidad y puede codearse con las grandes producciones del año. Las interpretaciones (casi todas), los increíbles decorados, la banda sonora y unos espectaculares efectos especiales hacen que nos olvidemos del tiempo hasta que se cierra el telón. ¿Será esta la ocasión para que los Oscar hagan justicia a la saga, o tendremos que aguardar al desenlace, como ocurrió con El señor de los anillos? Esperemos que no tarden tanto.