Muchos dábamos por hecho que nunca veríamos una adaptación de una novela de Stephanie Perkins. De hecho, asumíamos que, de llegar a ver una, sería de su obra más popular: Un beso en París. Como ya nos comentó en la entrevista que le hicimos en El Templo allá por 2018, cuando Netflix había dado luz verde a la adaptación a película de, en ese momento, su novela más reciente, Hay alguien en tu casa, la propia Perkins no las tenía todas consigo respecto a que esta llegase a ver la luz. De hecho, en 2020, cuando la adaptación podría haber llegado a estrenarse, puesto que la grabación había finalizado en octubre de 2019, se pospuso un año entero para hacer coincidir su estreno con la época de Halloween de 2021 —que es cuando se ha podido disfrutar a nivel mundial gracias a Netflix—, y se aprovechó para rodar algunas escenas adicionales.
La novela con la que Perkins inició sus andanzas dentro del género de «terror» es un slasher que toma por protagonista a Makani Young, una chica que se ha mudado desde Hawái hasta Nebraska para empezar de cero. En la localidad de Osborne, en la que Makani reside con su abuela, un asesino empieza a matar uno a uno a distintos adolescentes de la comunidad.
En la película, el papel de Makani Young corre a cargo de Sydney Park, actriz a la que pudimos ver brevemente en Pequeñas Mentirosas: Perfeccionistas. En el papel de Caitlin Park-Lewis, recordamos la interpretación de Park mucho más floja de lo que, afortunadamente, lo es como protagonista en Hay alguien en tu casa.
El resto del elenco lo conforman caras no demasiado conocidas (al menos en España), como Théodore Pellerin —el más experimentado, puesto que su papel lo requiere—, Asjha Cooper, Dale Whibley, Jesse LaTourette… y potencia la diversidad que ya estaba presente en la novela. De hecho, resulta curioso encontrar a Emilija Baranac, que interpretó a la prima de Chris, la mejor amiga de Lara Jean, y exnovia de Peter Kavinsky, como parte de los extras.
La adaptación de Hay alguien en tu casa simplifica la trama: la hace más comprensible. Aunque el producto consiga de esta forma ser entretenido, la ejecución de los asesinatos, que es uno de los grandes puntos fuertes de la novela, pierde su singularidad. Las primeras víctimas de la película son jóvenes que el espectador va a odiar. La adaptación juega, por esa parte, con la idea —que no estaba en la novela, aunque es bastante habitual dentro del subgénero— de hacer a los espectadores plantearse por qué desean que un personaje muera, logrando que se comparen con el asesino en vez de con la víctima.
Además, el director del filme opta, como era de esperar, por cambiar al asesino de la novela. Sin embargo, esto sí que resulta satisfactorio, porque respeta la concepción de la autora. En la entrevista mencionada al principio, Perkins nos decía: «La vergüenza es la emoción humana más peligrosa. Dependiendo de su personalidad, uno puede, o bien, utilizarla contra sí mismo […] o utilizarla contra otros. Mientras que el asesino de mi novela hace lo segundo, Makani y yo pertenecemos al primer grupo. Somos nuestras peores enemigas». Y esta cuestión continúa siendo clave, por mucho que la persona que, en el caso de la adaptación, se esconda detrás de las máscaras con las caras de sus víctimas —algo que añade el filme— sea otra distinta a la que empuña el cuchillo una y otra vez en la novela. De esta forma y sin poder decir demasiado, la crítica social que imbuía la novela sigue estando también presente.
Hay alguien en tu casa cumple su cometido: hacer pasar al espectador, que se mantiene en tensión y que se lleva algún que otro susto, un buen rato. La pregunta que ahora nos hacemos es: ¿Veremos una adaptación de No entres en el bosque —la segunda novela independiente de terror de la autora— si Hay alguien en tu casa funciona relativamente bien dentro de la plataforma?