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El libro de la selva
Rudyard Kipling

Dirigida por Jon Favreau
Del papel a la pantalla El Templo#51 (abril 2016)
Por Carlota Echevarría
32.430 lecturas

Mowgli es un humano… pero es solo un cachorro, un bebé indefenso que los lobos deciden criar como a uno de los suyos. Akela, el líder de la manada, consigue que los demás lobos estén de acuerdo con esa decisión, pero es una tregua temporal: Mowgli crece muy despacio para el ritmo de los lobos, y Akela no será líder para siempre. El niño tiene un gran aliado: Bagheera, la pantera, y un gran enemigo: Shere Khan, el tigre, que considera que Mowgli es su presa y le corresponde por derecho.

El libro de la selva es la obra más conocida de Rudyard Kipling, probablemente gracias a la película que hizo Disney en 1967 y que acaba de ser readaptada al cine. Esta nueva versión tiene muchas semejanzas con el libro y con la película anterior, pero también grandes diferencias.

En el libro, Baloo es un oso sabio, consejero de los lobos, mientras que en las películas el personaje se presenta mucho después y es una especie de oso hippie, a ratos perezoso y egocéntrico, a ratos justo y sabio. Bagheera se parece mucho más en todas las versiones: es el maestro de Mowgli, el adulto responsable. Un personaje carismático y elegante, sobre todo en esta versión, donde está doblado por Ben Kingsley.

Entre la novela y la película de dibujos animados pasaron algo más de setenta años, y entre esa película y la nueva, casi cincuenta, y es curioso ver en qué aspectos el argumento se ha adaptado a la mentalidad de cada época. A finales del siglo XIX, el ser humano se considera infinitamente superior a cualquier animal: los habitantes de la jungla declaran que la inteligencia de Mowgli es tal que no pueden sostenerle la mirada, y Raksha, la madre loba, llega a decir que le ha querido más que a ninguno de sus cachorros.

Quizá donde más se nota este cambio es en el final: en el cuento original, a Mowgli prácticamente le basta con decir que es humano para vencer a Shere Khan (aunque es cierto que no mata al tigre, solo consigue que se marche). Con el paso del tiempo, la batalla final se ha hecho más grande, más vistosa: en muchos sentidos, más peliculera, pero en otros más realista, porque para que el público actual se crea que un niño puede vencer a un tigre hace falta algo más que un palo en llamas.

Visualmente, la película es espectacular, tanto por la fotografía como por los efectos especiales que dan realismo a los animales parlantes. Pero sin duda lo mejor, del libro y de la película, es el sentimiento de compañerismo. La jungla es fascinante pero peligrosa, y sin embargo no nos sorprende que Mowgli quiera seguir viviendo allí para poder disfrutar de la compañía de todos sus amigos, de su verdadera familia.

«Pues la fuerza de la manada está en el lobo, y la del lobo en la manada está».

¿Qué opinan nuestros lectores?
luis
2020-02-20 23:21:44
Es muy chévere.