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17 años
Ava Dellaira

Nocturna
Reseñas de novedades El Templo#75 (abril 2020)
Por Sebastián G. Mouret
2.990 lecturas

Angie tiene diecisiete años. Vive en Albuquerque, le gusta la historia, el queso a la parrilla (con los bordes tostados) y el café con leche de soja. Pero ahí terminan las certezas sobre su vida. Por lo demás no tiene ni idea de qué quiere estudiar o qué aspira a ser en la vida. Por no saber, ni siquiera tiene claro si James, su padre, murió en un accidente de tráfico, como asegura su madre.

Marilyn también tiene diecisiete años. Vive en Los Ángeles (aunque sueña con huir de ahí) y hace mucho que no tiene un golpe de suerte. Ya no la llaman para grabar anuncios y las facturas no se pagan solas. Su madre no deja de repetirle que no hay mal que cien años dure, pero ella siente que nada da sentido a su vida. Hasta que aparece James y se enamora perdidamente de él.

No obstante, si algo une a Marilyn y Angie más que cualquier otra cosa es que son madre e hija. ¿Cómo puede ser esto posible, te preguntarás, si ambas tienen la misma edad? Pues porque sus historias se cuentan en tiempos distintos, con un par de décadas de diferencia.

17 años es una historia en la que se entrelazan las vidas de dos adolescentes llenas de incertidumbres sobre el futuro, pero no solo tienen que plantarle cara a ciertas dudas existenciales, también hay serios interrogantes sobre el pasado de ambas, como qué fue de James, el padre Angie y novio de Marilyn.

Para resolver este y otros entuertos, Ava Dellaira nos presenta sus vidas tejiendo una estructura llena de cambios temporales, aportando la cantidad justa de información para que la trama se despliegue lentamente ante el lector y las piezas puedan encajar poco a poco, sin que este se pierda con los saltos en el tiempo. Y, aunque se aprecian similitudes con su ópera prima, Cartas de amor a los muertos, como el interés por la madre como personaje principal (algo infrecuente en literatura juvenil) o las constantes referencias a la muerte como un fantasma que nos acompaña (y al que podemos dirigirnos o hablar), nada tienen que ver entre sí. Esta segunda obra es mucho menos melancólica, abandona el estilo epistolar y presenta más intriga.

En definitiva, 17 años nos reencuentra con una autora que había dejado el listón muy alto, pero sortea el peligro de las expectativas con maestría, regalándonos una novela de gran belleza en la prosa, original en su estructura e interesante en el argumento. Todo ello con el telón de fondo de la ciudad de las estrellas. ¿Qué más se puede pedir?