Alberto tiene quince años, es un estudiante con altas capacidades y le apasionan el teatro, los videojuegos y las películas de Miyazaki. De mayor le gustaría ser director de cine, pero antes quiere empezar abriéndose un canal de Youtube al que subir sus cortometrajes. Poco a poco.
Está aprendiendo a tocar el piano, aunque no se le da muy bien. En realidad, lo que más le interesa de las clases de piano no es la música. Puede que lo fuera en un principio, pero dejó de serlo cuando conoció a su compañera Keiko. Sí, Alberto está enamorado, y todos sabemos que un adolescente enamorado no siempre toma las mejores decisiones, ni se junta con quien que más le conviene…
Estos son solo algunos de los aspectos de la vida de Alberto, que en 50 cosas sobre mí nos cuenta muchos más (¿a que no adivinas cuántos?). A través de cincuenta capítulos muy breves conocemos progresivamente a un protagonista con el que muchos se sentirán identificados, y descubrimos una historia que tiene como eje central los peligros del alcohol y de traicionarse a uno mismo para encajar.
La historia de Alberto es una que ya hemos leído antes, y los personajes y situaciones que plantea tampoco destacan por su originalidad. Lo que de verdad brilla de la novela es la estructura con la que la historia se presenta, así como la agilidad y la frescura que esta aporta a la narración.
Como si de un vídeo de Youtube se tratara, cada capítulo comienza con un nuevo detalle sobre el protagonista. Puede parecer que no guarda relación alguna con la historia que se pretende contar, pero es a través de esas pequeñas pinceladas como el personaje adquiere dimensión. Así, la clásica moraleja que aconseja a los jóvenes alejarse de malas prácticas adopta el tono familiar con el que nos la contaría un amigo, un hermano o, en este caso, un futuro youtuber.
No sabemos si Alberto tendrá más historias para nosotros si le damos a like, así que por el momento nos conformaremos con compartir. Pasa la página y dale al play.