El pequeño Michael acaba de tener una nueva hermana, así que sus padres deciden que es hora de mudarse a otra casa. Él preferiría continuar en el mismo barrio de siempre y no verse en la obligación de vivir en ese nuevo hogar en Falconer Road. Michael tendrá que adaptarse a todos los nuevos cambios que abordan su vida, hecho que no le hace demasiada gracia, pero que pronto supondrá una gran aventura.
Las cosas no van a resultar nada fáciles para Michael y su familia, especialmente para su hermana pequeña, que atravesará graves problemas de salud; y es que su pequeño corazón insiste en querer dejar de latir...
Michael, en una de sus patrullas por la nueva casa, decide acceder al cobertizo que hay en el jardín. Todo chirría a su alrededor, todo está a punto de desmoronarse y será allí, entre viejos muebles cubiertos de polvo, donde encuentre a Skellig, un ser extraño y extraordinario que cambiará su vida, la de su nueva amiga Mina y la de su familia para siempre.
Random House se ha sumado otro punto al decidir abrir el baúl de los libros olvidados y reeditar esta obra, con gran acierto, en el sello editorial Nube de tinta que ha triunfado con libros como Bajo la misma estrella o La lección de August.
A pesar de la sencillez de la obra, ya que la trama se basa en la enfermedad de la hermana y en la relación entre Mina, Michael y Skellig, el autor nos atrapa con una prosa fluida y rápida, tocando el corazón del lector, llenándolo de melancolía y recordándole que la única vía para alcanzar el cielo son las alas de la imaginación.
Además, David Almond consigue en Alas para un corazón coser lo real y lo fantástico con un hilo casi imperceptible y esconder bajo una fachada de extrema sencillez una historia de superación personal que nos devolverá a la infancia y nos recordará la importancia de la amistad, la familia, el amor y, sobre todo, de la esperanza.