No siempre es fácil expresar lo que se siente, y menos aún cuando hay miles de obstáculos que te lo impiden. A veces esos obstáculos se convierten en redes, atrapan los sentimientos y los confunden.

El paso del tiempo ha dado diferentes nombres a esas redes. El más común es inseguridad, pero palabras, memorias, canciones y juegos lo siguen de cerca. Esos nombres siguen impidiendo el paso de las emociones, pero ahora la tecnología le ha dado un apellido a la red: social.

Cada día las redes sociales crean más conexiones entre personas, pero a la vez condenan muchos sentimientos a quedarse encerrados dentro de los límites de una palabra, una conversación telefónica o el dibujo de un corazón en el chat de un dispositivo que guardamos en el bolsillo y miramos cada vez que nos llaman con una canción que ya forma parte de nuestra vida.

Con este poemario, Ana Alonso pretende plasmar todos los sentimientos que se intentan transmitir a través de una pantalla, pero también los que se quedan detrás y nunca tienen la oportunidad de llegar a su destino, enredarse o decirse cara a cara. Estos últimos tienen mucho más protagonismo, puesto que muy pocos tienen el valor de escribirlos en un chat y optan por hacer poesía con ellos y así conseguir ser valientes y afrontarlos.

Aunque Amar sin red es un libro destinado a ser leído en las aulas durante los primeros años de la secundaria, sus poemas contienen pensamientos que todos hemos experimentado sin importar la edad, y sus ilustraciones a color reflejan uno de los muchos significados que se le puede atribuir a cada composición. Sin embargo, es el pequeño dosier al final del libro el que desvela la intención de cada poema y explica todas las interpretaciones que se le puede dar al título. El poemario, aunque breve, tiene mucho que decir en una lectura rápida pero llena de sentimientos. En resumen, un libro perfecto para descansar de las redes y encontrar cómo salir de ellas.