El amor puede volver tu mundo del revés, quitarte el apetito y el sueño, y hacer que unas mariposas inquietas se instalen en tu estómago día y noche. No todo son cosas malas: también hace que te sientas invencible, te dibuja una sonrisa permanente en el rostro y devuelve la esperanza hasta al más escéptico.

Andrés Guerrero ha conseguido plasmar la dualidad del amor, la simpleza y complejidad de un mismo sentimiento, en una serie de viñetas e historias cortas que harán que te sientas identificado de una manera u otra.

Está compilación habla de las barreras físicas que son solo eso: físicas, que no impiden que los sentimientos afloren. También habla de amores no correspondidos o de los correspondidos pero aún no reconocidos, y de amores equivocados. Por supuesto no podría dejar de lado los amores digitales, que nacen en las apps de ligoteo que todos conocemos.

La editorial Loqueleo se ha unido al Grupo AMÁS, una organización que apoya, ejerce, impulsa y defiende los derechos de las personas con discapacidad intelectual, para crear esta lectura adaptada a las necesidades de aquellos que presentan dificultades para enfrentarse a una novela más compleja. Esto no ha impedido que la historia y los personajes sean igual de atractivos que los de una novela de mayor longitud y complejidad.

El amor es demasiado complicado es un claro ejemplo de que no necesitas muchas palabras para transmitir un sentimiento o para lograr que el lector se involucre e identifique con la historia. Bastan unas viñetas bien dibujadas y unas palabras bien escogidas para llegar a todo tipo de lectores, sin que su capacidad intelectual sea una barrera. Al fin y al cabo, el amor es igual para todos.