Año 2003, sale a la venta el mítico juego de Pokémon Rubí/ Zafiro, vemos por primera vez en cines Buscando a Nemo, Apple vuelve a sorprender al mundo al lanzar iTunes y Londres está gobernado por hechiceros que obtienen su poder de los genios y espíritus a los que son capaces de invocar. Claro que esto último solo sucedió en la Saga de Bartimeo de Jonathan Stroud.
Quizás algunos de los que empezasteis a leer literatura juvenil con libros como Memorias de Idhún o Eragon recordéis la primera novela de la saga, El amuleto de Samarcanda, publicada en 2005 por Montena. Este primer volumen nos introducía en una fantasía urbana protagonizada por Nathaniel, un joven aprendiz de hechicero y Bartimeo, un genio harto de ser utilizado por los humanos que logran invocarle. En esta realidad alternativa el poder y el status no solo dependen del dinero o los contactos, sino que también es vital contar con una buena plantilla de espíritus a tu servicio.
La saga reúne a personajes dispares y complejos, como Nathaniel y su ambición digna de la casa de Slytherin o Bartimeo, cuyos ingeniosos pies de página se ajustan fielmente al concepto de hater, una trama trepidante llena de intriga y complots políticos y magia, mucha magia. Jonathan Stroud dibuja un Londres acosado por la corrupción y poblado por entes mágicos con una mezcla de elegancia y humor que y transporta al lector a un mundo repleto de oscuridad a la vez que te saca alguna que otra carcajada.
Tanto para los nostálgicos de los 2000, cuando los móviles solo servían para llamar y para jugar a la serpiente, como para los amantes de una buena fantasía urbana con un worldbuilding apasionante, El amuleto de Samarcanda es un buen motivo para incluir una lectura vintage entre tantas novedades.