Si a la protagonista de este libro le hubieran preguntado en un examen de Geografía qué significa la palabra «antípodas», habría dicho algo parecido a «un lugar del globo terrestre diametralmente opuesto a otro». Pero Nerea no se espera la noticia que le van a dar sus padres: se mudan en dos meses a Melbourne, Australia; a las antípodas.
Ahora la palabra significa algo muy diferente para ella. Ya no es una palabra más del diccionario. «Antípodas» significa dejar el instituto cuando acabe la primera evaluación; significa hacer las maletas con ropa fresca porque en enero en Melbourne será verano; significa vivir en un país con un idioma diferente; significa aguantar a sus dos hermanos pequeños hasta que comiencen allí las clases en su el nuevo instituto; significa dejar a Mónica y a Lara, a sus amigas de clase, con las que comparte todos los ratos libres... o casi todos, porque también significa decir adiós a Jaime y a esa amistad, quizá algo más, que acaban de comenzar.
A pesar de que Geografía sea la asignatura favorita de Nerea y quiera dedicarse a ello en el futuro, cuando acepta que deben mudarse por el trabajo de sus padres —y, tras muchas discusiones en casa, acaba aceptándolo—, se da cuenta de que no tiene demasiados conocimientos sobre Australia. Las primeras palabras que le vienen a la mente son: desierto, inhóspito, aborígenes, bumeranes, salvajes, canguros. Tampoco sabe calcular sin consultarlo la diferencia horaria para saber cuándo podrá hablar con sus amigas.
Todos esos aspectos en los que piensa Nerea lo vamos aprendiendo también nosotros, porque Antípodas es una novela narrada en primera persona, y si la protagonista es fan de la geografía, sin duda, se nota. Todo el libro está plagado de datos interesantes sobre hemisferios, accidentes geográficos, husos horarios, latitudes, longitudes, que se mezclan con las dudas sobre su relación con Jaime, las discusiones con sus padres, los preparativos del viaje y la lealtad (o no) de sus amigas del instituto.
Si te gustan las novelas realistas y eres de los que tiene siempre la maleta preparada por si alguien te ofrece ir de viaje, Antípodas es una buena lectura para tu próxima escapada, ¡y sus 133 páginas pesarán poco en tu mochila!