¡Cuidado! Si pasas de este punto sin haber leído Renegados, Insomnia te hará caer en un profundo sueño para evitar que te hagas spoiler.
La Anarquista Nova, Pesadilla, ha logrado ganarse la confianza de los Renegados bajo el alias de Insomnia, y lo que es mejor aún, ya no necesita preocuparse por el Centinela: ha presenciado cómo Zarza lo derrotaba. Solo Max, el hermano pequeño de Adrian, conoce la verdadera identidad del Centinela, pero puede que, sin pretenderlo, haya llegado el «necesario» fin de dicho alter ego.
Adrian, el Centinela, no deja de culparse por el resultado de su falta de decisión como Renegado: docenas de heridos a causa de las explosiones de la Detonadora. Al fin este había logrado dar con Pesadilla, no obstante, una de dichas explosiones acabó (supuestamente) con ella, y solo Nova tuvo la determinación suficiente para disparar a continuación a la Detonadora. Sin embargo, a Adrian pronto empezarán a surgirle las dudas acerca de la muerte de Pesadilla.
El nuevo trabajo de Nova en el departamento de artefactos no deja de ser una ventaja para los Anarquistas, quienes siguen detrás del casco que le devuelva sus poderes a Ace Anarchy, pero tienen algo quizá más importante de lo que preocuparse: el Agente N. Esta opción «no violenta» permitirá que cualquier prodigio que no acate las normas establecidas por el Consejo pueda ser privado de forma permanente e irreversible de sus poderes, siempre que un Renegado lo considere oportuno.
¿Renegados no fue santo de tu devoción? En Archienemigos las bases ya están establecidas, la trama dio comienzo tiempo atrás y la tensión por lo que pueda llegar a pasar está en su punto álgido. Además, el estilo, difícil a veces de seguir en el libro anterior, se nos presenta esta vez como uno de los puntos fuertes, al igual que el ritmo.
Marissa Meyer acierta en no dejar de lado su sello personal. Este segundo libro —en el que continúa el desasosiego de nuestros protagonistas ante la posibilidad de ser descubiertos, pero también por el inevitable afloramiento de sus sentimientos— destaca, en consecuencia, por ser tierno, e igualmente reflexivo. Esto no implica que se descuide el género, y prueba de ello lo son la esencial implicación del trauma, los principios morales que se ponen en entredicho, la hipocresía surgida del poder absoluto... y, asimismo, otros asuntos, como la inversión de ciertos roles de género o la privación de la dualidad dentro de la propia identidad.
En conclusión, Archienemigos es una extraordinaria continuación que evidencia el indudable talento de la autora y su característico ascenso en cuestión de calidad a medida que avanzan sus sagas.