Si te gustan las historias de aventuras, de humor, de fantasía y de misterio, ¡sigue leyendo!
La abuela está encantada con el nuevo molinillo de café que le han regalado Jaimito y Pepe, pero el bandido Saltodemata quiere uno exactamente igual y hace lo que mejor saben hacer los bandidos: robarlo. Rápidamente, la policía toma cartas en el asunto, pero el sargento Matamicrobios les advierte de que hace años que persiguen al bandido y nunca han conseguido atraparlo ni localizar su guarida.
Jaimito y Pepe no van a quedarse de brazos cruzados e idean un plan para recuperar el molinillo, pero nadie engaña al bandido Saltodemata así como así. Los dos amigos acaban en sus manos y no tardará en hacer acto de presencia el gran (y malvado) mago Petrosilio Atenazador, que a pesar de su poder no ha logrado hallar un hechizo para pelar patatas y hace años que busca mano de obra barata.
A partir de aquí la historia se vuelve realmente emocionante, pero nosotros no te vamos a contar ni una palabra más.
El autor de este genial relato es Otfried Preussler, un escritor alemán al que probablemente conozcas por La pequeña bruja, Krabat y el molino del diablo o Las aventuras de Vania el forzudo. Si de pequeño leíste algo suyo, pero no conoces las aventuras del bandido más temido de todos los tiempos, es el momento de remediarlo: en enero de este año Noguer ha reeditado el libro, y esperamos que pronto le sigan Nuevas aventuras del bandido Saltodemata y El bandido Saltodemata y la bola de cristal.
Podríamos hablar de lo divertida que es la narración, lo ingeniosa que es la trama y lo carismáticos que son los personajes, pero la cosa es mucho más sencilla: ¿Cómo de genial tiene que ser un libro en el que el malo se llama Petrosilio Atenazador? La respuesta está clara: más genial incluso de lo que imaginas.