Por puro impulso y con una preparación ciertamente dudosa, Emma se planta en Roncesvalles dispuesta a hacer el Camino de Santiago. Por no contar, no cuenta ni con una credencial de peregrina, pero pronto se topa con la vivaracha y experimentada Abigail, quien ha comenzado (un año más) su camino el día anterior en Saint-Jean-Pied-de-Port y que se muestra predispuesta a guiarla y aconsejarla. Sin embargo, durante la peregrinación hasta Compostela, cada persona ha de llevar su propio ritmo y reencontrarse con los demás, si acaso, al final de cada etapa.

Emma es una dibujante de cómics en la treintena, que se niega (pese a la insistencia de su novio) a compatibilizar su trabajo artístico con uno de oficina, y cuya relación de pareja lleva tiempo haciendo agua. ¿Pero quiénes son el resto de los peregrinos? ¿Buscan algo o huyen de lo que les atormenta?

En pleno Año Santo Jacobeo, La Cúpula ha optado por publicar En camino, una obra nacional que toma el Camino de Santiago como escenario, algo cuanto menos inusual. Sin embargo, como bien refleja la portada, el verdadero late motiv de la novela es la amistad que nace entre Emma y Abigail.

El dibujo de José Ángel Ares, entintado en tonos de azul, se adapta a la perfección a la línea que siguen otras publicaciones de la editorial y se deleita especialmente en los numerosos monumentos con los que la protagonista se va encontrando. Mientras, el guion, que corre a cargo de Paco Hernández, utiliza el presente y distintos flashbacks del pasado a la par que juega con las subtramas asociadas al elenco de peregrinos. Así pues, la narrativa es una línea recta, pero que, acertadamente, toma distintos ramajes y bifurcaciones que evitan que se vuelva monótona.

Pese a la edad de la protagonista, En camino es una novela gráfica que resuena perfectamente con el público juvenil: Emma y Abigail vuelven a ser dos niñas que no deben olvidar que ya no son tal cosa y que han de tomar, ahora o nunca, las riendas de sus vidas. Pero no olvides, lector peregrino, que el descubrimiento no tiene por qué ser espiritual o religioso: todos nos perdemos alguna que otra vez y todos seguimos un mismo camino.