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Caperucita en Manhattan
Carmen Martín Gaite

Siruela
Reseñas de novedades El Templo#61 (diciembre 2017)
Por Gabriela Portillo
7.479 lecturas

Érase una vez una niña de abrigo rojo que marchaba sola a casa de su abuelita para llevarle una tarta de fresa. A pesar de las advertencias de su madre, en el camino se cruzó a un lobo que le pareció muy simpático, y decidió fiarse de él.

Espera un momento. ¿Has pensado en lo mala que es la niña por desobedecer a su madre? ¿Estás convencido de que el lobo es el malvado de la historia? Si has respondido que sí, quizás necesites conocer esta historia.

La Caperucita de Martín Gaite se llama Sara Allen, tiene diez años y vive en la parte aburrida de Nueva York. Sueña con salir de su casa, explorar el fascinante Manhattan y emular a su abuela, la exestrella Gloria Star. Para ello, estudia el mapa de la ciudad, devora cada libro que cae en sus manos y fantasea siempre que puede y que la gente le deja.

Cuando surge la oportunidad de salir al mundo, no duda en dar el gran paso.

Como ves, ambos relatos comienzan de un modo similar, pero adaptado a su tiempo. Que no te contemos más no es casual: un final ya lo sabes, ahora tendrás que descubrir si Sara Allen se ciñe a lo establecido... Te daremos unas pistas: aparece un lobo muy especial, millonario y dueño de la mayor empresa pastelera de la ciudad; una mendiga llamada Miss Lunatic que solo sale por las noches y dice vivir en la estatua de la Libertad y, como la Caperucita clásica, Sara no suele seguir las normas.

Sea como fuere, la decisión final de Sara parece exitosa: ha cumplido ya veintisiete años (en sentido figurado: la novela fue publicada en 1990), su obra se reedita continuamente y casi se considera un clásico de la literatura juvenil española. Sus entrañables personajes, la cuidada y fina escritura de la autora y el carácter atemporal de la historia lo justifican con creces. Aun así, la mayor parte del mérito pertenece a Sara: «miranfú, miranfú, miranfú».