Los acantilados son para Morgan Kwon, que guarda su vida en distintas cajas mentales, su lugar seguro. Ahora bien, solo una de esas cajas es secreta: la de su identidad sexual. Y es precisamente en un acantilado, durante un día lluvioso, donde besa a una chica salida del mar creyendo que todo es un sueño.
Morgan y su familia llevan viviendo en la isla de Wilneff desde que, cuando ella era bastante pequeña, se mudasen desde Toronto. Pero este es el primer verano en que su padre no estará con ellos: su madre y él se han separado. Y este será, además, el verano en que aparecerá en su vida Keltie, la chica a la que besó (hace no tanto) aquel día.
Keltie asegurará ser no solo una selkie, sino su amor verdadero; fue su beso lo que la permitió convertirse en humana. Ahora bien, en cuanto la joven se ponga su piel de foca, tendrán que pasar siete años hasta que pueda volver a transformarse.
La chica del mar no es la primera novela gráfica de Molly Knox Ostertag que llega a España: Harper publicó en 2018 y 2019 las dos primeras partes de la trilogía de El niño brujo, su primer gran éxito. No obstante, sí es ya su novela más popular a nivel internacional, pese a llevar solo un año en el mercado.
En esta ocasión, en vez de limitarse a invertir los roles de género (como en El niño brujo), Molly Knox Ostertag cuenta una historia en la que la orientación sexual de su protagonista (y el romance) juega un papel importante, aunque también lo hacen los momentos tiernos con familia y amigos. Pero, ante todo, La chica del mar es una novela con elementos fantásticos en la que se hace uso del folclore relativo a las selkies.
Aunque el dibujo no suele ser el principal atractivo de las obras de la ilustradora, cabe destacar en esta en concreto las ilustraciones de fondos y también las escenas que ocupan páginas enteras.
La trama tampoco es excesivamente compleja: Molly Knox Ostertag va directa a los puntos importantes. Por ello, esta novela independiente acaba siendo una historia muy fácil de seguir, perfecta para un público bastante joven —la protagonista tiene quince años—; con cierto trasfondo ecologista y puede ser, además, un regalo perfecto para alguien que, como Morgan, aún tiene muchas dudas sobre cómo ha de gestionar sus sentimientos y relacionarse con el mundo.
Así pues, La chica del mar es una historia bonita, sin demasiadas pretensiones, con un dibujo efectista y muy colorido, que cuenta la historia de una chica que necesita del primer amor para empezar a vislumbrar quién es y qué puede esperar de la vida.