La isla de Joya es un paraje lleno de naturaleza y vida. Al menos, eso es lo que Isabella crece oyendo decir a los vecinos de Gromera. Que la isla de Joya es mágica. 

 

También sabe, gracias a los mapas de su padre, que el mundo entero es así de fascinante. Su sueño es descubrir tantos secretos como él, y ya ha empezado a seguir sus pasos como cartógrafo. Solo le falta viajar. El problema es que no puede.

 

Desde que el Gobernador Adori llegó, la isla es una cárcel. Los animales más pequeños huyeron, pero las personas no tuvieron la misma suerte. Adori se ha encargado de impedir la entrada al bosque, aislando Gromera del resto de Joya.

 

Lo único bueno que aquel tirano ególatra llevó a la isla fue a su hija Lupe. Isabella y ella se han convertido en mejores amigas, así que es la primera en presentarse voluntaria para ir a buscarla el día que desaparece. Aunque tenga que hacerse pasar por un chico, aunque las sombras del bosque estén más vivas de lo que creía, aunque la magia y el fuego amenacen con devorarla, Isabella piensa encontrar a Lupe. Es lo que haría Arinta, la heroína que hace siglos salvó la isla del mal. Lo que no imagina es que sus pasos están destinados a repetir los de la leyenda que tanto admira.

 

Kiran Millwood Hargrave había publicado poesía antes de La chica de tinta y estrellas, y se nota. Aunque puede que un par de giros te pillen por sorpresa, su trama sigue el esquema habitual de las aventuras middle-grade; es la prosa de la autora, lírica y envolvente, la que logra que la historia se desarrolle en un ambiente oscuro y neblinoso digno de cuento.

 

También hay que destacar que el foco de las relaciones entre personajes se ponga en la amistad entre la protagonista y Lupe, en lugar del típico interés romántico que abunda en esta clase de novelas y que habría resultado un poco extraño, ya que la protagonista no pasa de los catorce años.

 

La chica de tinta y estrellas aúna una ambientación de fábula, mitología propia que sabe a clásico y personajes a los que es difícil no coger cariño. Si no sabes guiarte por las estrellas, no te preocupes: la tinta de sus palabras te servirá como mapa para desentrañar los secretos de Joya.