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MEJOR NOVELA
extranjera
perteneciente a saga
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Templis
2022

La chica en la torre (El oso y el ruiseñor II)
Katherine Arden

Nocturna
Reseñas de novedades El Templo#91 (Diciembre 2022 - enero 2023)
Por Daniel Renedo
979 lecturas

¡Aviso de spoilers! Los «cherti» están atentos a los pasos que tú, lector entrometido, das.

«Te dejé a salvo en manos de tu hermano, con el Oso dormido y el sacerdote huyendo por el bosque. ¿No podrías haberte conformado con eso?»

Desde que Vasia huyó, después de que su padre se sacrificase para salvarla, nadie ha vuelto a saber de ella. Ahora bien, Vasia ha elegido convertirse en viajera, y Morozko, el demonio de las heladas, decide ayudarla, pidiéndole solo a cambio que se acuerde de él de vez en cuando. Así será cómo la joven, a lomos de Solovéi (el semental alazán que él le regaló), logre dar con algo cercano a la libertad con la que, como hija de Piotr Vladímirovich, no podía ni llegar a soñar.

Diez son los años que han pasado desde que su hermano Sasha, siendo ya monje, partiese a caballo desde Lesnaya Zemlía. En la actualidad, Olga, la hermana de ambos, vive en la ciudad de Moscú, tiene ya dos hijos y, embarazada de ocho meses, espera el tercero. Después de visitarla, Sasha partirá para erradicar a los bandidos y se topará con Vasia, a la que lleva ocho años sin ver.

Pero en la Rus del norte se gesta una guerra: pueblos quemados, forajidos… Se avecinan hechos aciagos.

Larga fue la espera hasta que Nocturna nos trajo la ansiada segunda parte de El oso y el ruiseñor, y afortunados serán los lectores españoles que lleguen a la trilogía cuando ya se haya publicado la última de las entregas que la componen.

Más centrada en la parte histórica y las dinámicas sociales de la Rusia medieval, la novela indaga en la figura de la mujer en una época que la autora asegura que está muy mal documentada. Vasia no solo ha de enfrentarse a la cuestión de quién es, sino a la de qué es, puesto que una mujer «se casaba. O se hacía monja. O moría. Ser mujer se trataba de eso». Pero, como dice el sacerdote, «Vasilisa Petrovna no obedecía a Dios ni a nadie».

Varias son las razones por las que La chica en la torre no choca tanto como una novela adulta —algo que sí ocurría con El oso y el ruiseñor, tal y como explicamos en esa primera reseña— que ha sido publicada como juvenil. La primera es que, dividida en cuatro partes, todas excepto la primera tienen a Vasia como focalizadora. La otra razón es que, después de que el narrador nos haya enseñado a los familiares en la primera de dichas partes consecutivas, seguimos de forma constante a una Vasia —ahora sí— adolescente.

Creemos también de vital importancia mencionar el excepcional trabajo de Maia Figueroa, la traductora de la novela, con la labor inmensa de trasladar la riqueza del estilo de la autora estadounidense.

En La chica en la torre, Arden pisa incluso con más fuerza de lo que ya lo hacía en El oso y el ruiseñor. Aunque quizá menos original —porque su foco principal ya no lo es tanto el folclore y la magia— pero igual de atrapante y compleja, La chica en la torre es una novela más redonda y sólida que El oso y el ruiseñor. La fragmentariedad que se podía apreciar en la primera parte (con los numerosos cambios de perspectiva, las enormes elipsis temporales…) no son en esta tan disruptivos y el final, aunque trepidante, no es tan abrupto.

Por ello, estamos deseosos de, montados en el Ruiseñor, lanzarnos de un salto a la entrega final.