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MEJOR NOVELA
extranjera
independiente
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Templis
2020

Chicas salvajes
Rory Power

Hidra
Reseñas de novedades El Templo#79 (diciembre 2020)
Por Víctor Heranz
1.990 lecturas

Primero fueron los árboles: raíces emponzoñadas y troncos podridos. Luego los animales, que enloquecieron. Por último, ellas. Las chicas de la Academia Femenina Raxter, un internado para señoritas situado en una isla recóndita al norte de Maine. Una tras otra fueron infectándose del tox. La enfermedad se manifestaba con un brutal ataque que provocaba mutaciones terroríficas: una segunda columna vertebral, una mano plateada, úlceras en la boca o, en el caso de Hetty, un segundo párpado que le impide abrir su ojo derecho. Y bajo el que algo palpita.

Los médicos dijeron que las ayudarían, pero ya han pasado dieciocho meses desde que comenzó la cuarentena. Las comunicaciones por radio con sus familiares se cortaron. La comida que los militares les mandan cada vez es más escasa. Hetty solo se mantiene con vida por Byatt, su mejor amiga, y Reese, una extraña muchacha cuyo padre, el guardabosques de la isla, se internó entre los árboles infectados tras su primer ataque de tox.

Aisladas, rodeadas de peligro y enfermedad, las alumnas solo pueden intentar aguantar. Eso es lo único que importa: sobrevivir mientras esperan un remedio. Pero, ¿y si la cura nunca llega? ¿Por qué vivirían entonces?

El punto de partida de Power no podría ser más estimulante. Unas adolescentes encerradas en un internado, solas y en medio de una isla salvaje. Un virus que las deforma mientras ellas sufren las transformaciones emocionales y psicológicas típicas de la adolescencia. Y, en lugar de elegir el camino épico, la autora decide abrazar el lado más humano de la historia. Eso no quiere decir no haya escenas truculentas e incluso terroríficas: la ambientación es de pesadilla, y en más de un pasaje contendrás la respiración, pero la novela está más cerca de lo testimonial que del relato de aventuras. Chicas salvajes es el diario de tres adolescentes que se enfrentan a su mortalidad cuando aún no han empezado a vivir.

La obra presenta dos puntos de vista intercalados: el de Hetty, una primera persona convencional, y el de Byatt, donde Power se lanza con una escritura más caótica y casi poética que deja ver su verdadero talento. Las dos voces están muy diferenciadas y dotan de mucho dinamismo a una novela que se esfuerza (a veces demasiado) por ser enigmática, pero cuya sencillez y originalidad la convierten en uno de los debuts más sorprendentes de la literatura juvenil reciente.