Penélope vive con su madre y su abuela Erlinda en una casa con aspecto de dragón. Su padre murió cuando ella era pequeña y no tiene recuerdos de él. Parece una niña normal, pero no lo es. Penélope tiene el pelo del color de la ceniza y siempre la acompaña un penetrante olor a humo. Además, el día de su cumpleaños siempre cae una lluvia que no moja y siempre sabe lo que va a decir su madre antes de que lo diga. Estas peculiaridades comienzan a cobrar sentido el día que, estando su madre en el hospital, se despierta con el pelo del color del fuego. Todo cambia a partir de entonces, cuando descubre que es capaz de volar y de hablar con la carretera.

Una noche, cuando su madre vuelve del hospital, Penélope se despierta a causa del olor a humo Así, descubre a su madre tapándole los rizos rojos con una pasta blanca. Su madre decide entonces contarla su historia y cómo le ha teñido el pelo desde niña para protegerla. Una historia donde su padre sigue vivo y las abandonó para irse con su gente. La gente a la que pertenece Penélope, cuya chispeante magia ha comenzado a revelarse.

Valija Zinck tiene el estilo y la voz de las grandes narradoras de la segunda mitad del siglo XX, como Diana Wayne Jones, Mary Norton o Katherine Paterson. En ella reside esa capacidad para dotar de importancia a los pequeños momentos, de contar una sencilla historia con alma e imaginación. Sin demasiadas páginas, sin vueltas, directa al grano y con una creatividad casi sin límites.

Aunque La chispeante magia de Penélope comienza con fuerza, a medida que la trama avanza, la autora se va poniendo más convencional y tímida, como si no fuera ella quien controlara el rumbo de la historia. Las grandes ideas iniciales se ejecutan con convicción, pero sin demasiada originalidad, y la trama se torna menos interesante cuando la tecnología y la modernidad entran en juego. Los personajes secundarios son divertidos, aunque con poco recorrido, mientras que la protagonista es fresca e inteligente, una de esas que te arrancan sonrisas a cada página.

La novela, que posee un sabor clásico indiscutible, es una carta de presentación para Valija Zinck, una autora a la que tener en cuenta. Su imaginación, cuando se descontrola, y las bonitas imágenes que crean con su prosa hacen de La chispeante magia de Penélope una lectura más que recomendable