Era cuestión de tiempo que esta serie de novelas llegara hasta nuestras librerías. Con el actual boom vampírico y, sobre todo, con el inminente estreno de la adaptación cinematográfica, la cosa no podía tardar mucho, como así ha sido. Hay que agradecer a Montena la gentileza de aunar los tres primeros libros de esta serie de doce títulos en un único volumen. Cirque du freak, el primero de ellos, fue publicado previamente en castellano por Lumen en 2001, pero el poco éxito de ventas (eran otros tiempos) impidió que llegara hasta nosotros el resto de la saga. Se puede decir que Darren Shan se adelantó unos años, retomando el tema vampírico mucho antes de que cierta escritora mormona lo volviera a poner de moda, llevándolo a lo más alto de las listas de venta.

Lo primero que hay que indicar, para evitar errores, es que en esta saga no hay romance sobrenatural, ni adolescentes agobiados por sus tendencias vampíricas. Estamos ante una novela de aventuras al estilo tradicional, narrada en primera persona por el propio autor (Darren Shan es tanto el nombre artístico del escritor como el de su personaje protagonista) que nos cuenta el embrollo en que se metió cuando fue con su amigo a ver el espectáculo del circo de los extraños (freaks en su acepción original) y se le ocurrió la peregrina idea de robar una araña para adoptarla como mascota. Cuando la araña muerde al mejor amigo de Darren, éste descubre que el único antídoto se encuentra en manos del dueño original, que resulta ser un vampiro. Éste le ofrece un pacto a Darren: si se convierte en su ayudante (con todo lo que eso conlleva), le salvará la vida a su amigo.

Con esta premisa, este autor irlándes desarrolla una novela entretenida, con acción bien resuelta, con toques de humor y una galería de personajes curiosos (como Evra, el chico-serpiente) procedentes de ese circo de extraños, priorizando sobre todo la relación alumno-mentor que se establece entre Darren y Crepsley, el vampiro, y convirtiéndola en una historia de iniciación y aprendizaje.

Una advertencia final: aunque la portada del libro (que reproduce el cartel de la película) indica que Darren tiene dieciséis años, la manera en que se expresa y se comporta el personaje a lo largo de las tres novelas nos hace pensar que en realidad tiene unos doce o trece, seguramente la edad con la que lo imaginó el autor (aunque en ningún momento de las novelas se menciona ese dato), pero por cuestiones de Hollywood posiblemente aumentaron la edad al personaje a la hora de traspasarlo a la pantalla, pensando en el potencial público adolescente.

Ya tenga dieciséis o trece años, Darren Shan es un personaje que no te arrepentirás de conocer. Ojalá Montena no nos haga esperar a la siguiente película para que podamos descubrir cómo evolucionan sus aventuras...