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El club de Mary Shelley
Goldy Moldavsky

La Esfera Azul
Reseñas de novedades El Templo#100 (junio-julio 2024)
Por Alicia D. Carballeira
213 lecturas

Rachel Chávez llega a Manchester Prep pensando que es su oportunidad para volver a empezar. Borrón y cuenta nueva. Pero cuando se enemista con Lux, la chica popular del instituto, cualquier plan de pasar desapercibida queda relegado al olvido. Su única posibilidad de tener una experiencia de instituto más o menos agradable es el misterioso club de Mary Shelley, un grupo de estudiantes que se dedican a gastar bromas y crear pruebas (a las que llaman retos) basadas en tropos de películas de miedo y leyendas urbanas. Es el sueño de Rachel, pero pronto descubrirá que los retos del miedo no son algo en lo que pueda fracasar.

El elenco de El club de Mary Shelley es lo que da vida a la novela. Conocemos a los cuatro integrantes del club a través de la narración en primera persona de Rachel, que está fascinada por ver cómo sus películas de terror favoritas cobran vida a través de los retos del miedo. La sinergia del grupo la empuja poco a poco a arriesgarse más, a hacer apuestas más grandes, y las consecuencias se acumulan a lo largo de la novela, tanto para la amistad entre los integrantes como para las relaciones de Rachel fuera del grupo. Son esas tensiones, más que los giros de trama, las que hacen que valga la pena la lectura.

El argumento trata de crear una atmósfera misteriosa, pero no es hasta el último tercio de la novela que lo consigue. Hasta entonces, es más una novela de instituto con un toque de romance que el libro de suspense que pretende ser. Sin embargo, en ese último tercio consigue coger el ritmo que ha estado buscando y presentarnos un final digno de las películas de thriller en las que se inspira. Goldy Moldavsky termina por todo lo alto con un último giro de trama que no deja a nadie indiferente, sobre todo a Rachel.

El club de Mary Shelley es una novela rápida y ligera para los que se pasan los días al lado de la piscina y necesitan algo nuevo que leer. Apenas cuatrocientas páginas de misterio, líos de adolescentes y un buen repaso a los mejores clásicos del cine de terror.