Un embarazo no deseado obliga a Lucía a «abandonar» precipitadamente su casa con tan solo dieciocho años. Con una familia a la que le importan muchísimo las apariencias, el embarazo no es aceptado por ninguno de ellos, a excepción de la madre.

Lucía se irá a vivir con una tía a Tarifa, pero de camino, durante una parada del autocar, ve que en el restaurante donde está tomando un refrigerio se ofrece trabajo y alojamiento. La joven no se lo piensa dos veces: se presentaba al puesto y es aceptada.

A pesar de que parece que la vida la empieza a sonreír, un problema con Rogelio, el dueño del restaurante, hará que tenga que huir de madrugada con sus pocas pertenencias.  

Será gracias a esa huida por lo que conocerá a Arturo, un hombre mayor, enfermo y de casi sesenta años, que la acogerá en su casa, situada en la Colina de los Desechos, cerca de Marbella, para que le ayude con las tareas del hogar.

Mientras tanto, el embarazo sigue su curso, pero su familia y Rogelio no la dejarán tranquila. ¿Conseguirá Lucía empezar una nueva vida en ese lugar?

El autor, Francisco Díaz Valladares, ganó la duodécima edición del Premio Alandar de la editorial Edelvives con la novela Antares, y este año vuelve a la carga con esta novela llena de sentimiento y aprendizaje.

La evolución del personaje principal es creíble según avanza la novela y, aunque la historia está escrita en tercera persona, conocemos a fondo los sentimientos de la joven, sus miedos y sus dudas.

La novela es ágil, entretenida y te insta a continuar con ella para saber el futuro de Lucía y de su bebé. Díaz Valladares nos sorprende con una historia de superación y amistad, cuya mejor parte empieza cuando la joven se guía por su instinto a la hora de empezar una nueva vida, cueste lo que cueste.