En el reino de los Suelos conviven dos grupos distintos: los humanos y los jenízaros. Estos últimos son una mezcla entre humanos y animales, despreciados por la primera raza y considerados castigos divinos. Sin embargo, se avecina una guerra civil, y afectará tanto a los hombres como a los jenízaros. La Reina de la Medianoche, soberana de los Suelos, no es más que una muñeca en manos de sus malvados consejeros, cuya avaricia no conoce límites. Es responsabilidad de los hombres de Pie, un destacamento de los más hábiles guerreros, luchar por recuperar el control antes de que todo se desmorone. Para ello, deberán buscar aliados allí donde puedan y, sobre todo, entre los jenízaros.

Esta novela comienza planteándonos un conflicto que atañe a muchas personas y cuyas consecuencias pueden ser devastadoras, para después centrarse en los tres personajes principales: Sedna, Tigre y Angrod. Los tres cargan con recuerdos dolorosos y heridas sangrantes, pero la guerra no espera a nadie, y necesitan decidir si van a involucrarse o centrarse en la venganza que buscan, todos ellos por distintas razones.

La daga está narrado en tercera persona y, aunque se centra en sus tres protagonistas, de vez en cuando nos permite vislumbrar otras escenas de personajes como el líder de los hombres de Pie, Kuru; la misma reina o sus consejeros. De este modo, consigue transmitir una imagen mucho más amplia de lo que está ocurriendo e, incluso, nos permite conocer las consecuencias que las acciones de unos personajes tienen en otros.

El argumento resulta un poco lineal y bastante predecible, pero la prosa ágil y sencilla del autor contribuye a que no se pierda la atención en la historia. Es una lectura de fantasía épica disfrutable, que deja con ganas de saber qué ocurrirá en la próxima entrega de la saga.