Collins está acostumbrado a que nadie lo mire directamente. El día de su nacimiento, por ejemplo, todo el mundo estaba celebrando la entrada a la década de los ochenta, e incluso su madre se sintió culpable por chafar al equipo médico ese acontecimiento tan importante.
Ahora está nervioso por su primer año de universidad. En el campus, prácticamente nada más llegar, conoce a Marco, un chico que a simple vista parece lo contrario a él. No empiezan con buen pie, pero Marco, para bien o para mal… lo ve desde el principio.
A sus veintiún años, da la impresión de que Marco lo tiene todo. Parece un cliché, pero es así: es alto, guapo, tiene buen culo y buen coche. Carisma. Sonrisa deslumbrante. Ojos verdes. Y un ego descomunal a juego con todo lo anterior, por supuesto.
Déjame odiarte es la nueva novela de Iguazel Serón, autora a la que ya conocemos por Héroes de Cobre (Nocturna, 2019), escrita a cuatro manos con Marta Álvarez y, en solitario y desde 2021, la saga La liga del Zodiaco (Elastic Books). En esta historia, nos presenta un romance divertido y entrañable.
A Collins nunca se le ha dado demasiado bien socializar, por eso se apunta nada más entrar en la universidad al club de teatro. El club sigue sus propias reglas, es casi un mundo aparte del resto de estudiantes. En los últimos tiempos no le ha ido muy bien, necesitan desesperadamente conseguir dinero para montar una obra decente y de paso hacer la compañía más popular entre los estudiantes. Desgraciadamente, los encargados de elaborar esos planes de salvación son Marco y Collins.
Los dos chicos son el gato y el ratón, el agua y el aceite, dos polos opuestos… En el fondo, sin embargo, nunca llegan a odiarse, como el lector es capaz de percibir desde el principio. Simplemente buscan, con la torpeza que caracteriza las primeras veces, gestionar la avalancha de sentimientos que tanto los atontan.
La historia también sirve como reflejo del amor moderno, ya sea a través de la exploración de distintas sexualidades o a las dinámicas de cada pareja. Los personajes secundarios son una buena muestra de ello, en especial Grace y Allison, de la misma forma que son dos grandes apoyos para los protagonistas.
Déjame odiarte es una historia tierna, divertida y fácil de devorar de una sentada por su ligereza y brevedad, con ecos de historias clásicas como Grease o El club de los cinco. En ella acompañamos a Collins en el descubrimiento del primer amor y de las contradicciones, comeduras de coco y sonrisas tontas que lo caracterizan.
Collins no sabe nada del amor, pero ¿acaso alguien lo hace?