La llegada de los Inmortales es inminente; el Portal ha sido abierto. Todo está a punto de cambiar.
Pero eso no es problema de Mike. Él, que no es uno de los Elegidos y que ni mucho menos ha nacido con un gran Destino (así, en mayúscula) al que plantarle cara, tiene cosas más importantes por las que preocuparse. El final de curso está a la vuelta de la esquina, y con él vienen el baile, la graduación y el verano, los últimos meses que podrá pasar con sus amigos antes de que cada uno ponga rumbo a distintas universidades. Se le acaba el tiempo para confesarle a Henna lo que siente por ella. Y, por si eso fuera poco, su vida familiar se cae a pedazos.
Quizá Mike no sea el encargado de luchar contra zombis o fantasmas, pero sí tiene una misión fundamental: seguir adelante y sobrevivir en un mundo que siempre parece ponerse en su contra.
Patrick Ness vuelve a nuestras librerías con una novela inteligente, profunda e innovadora. Los demás seguimos aquí le da la vuelta al arquetipo del elegido y nos ofrece una lectura desde el otro lado. Con este nuevo enfoque, el autor le da a la historia un toque divertido y original. Sin embargo, el punto fuerte reside en los personajes, tan bien construidos y con tantos matices que pueden llevar todo el peso del libro sin necesidad de apoyarse de forma continua en una trama que solo funciona como un inusual telón de fondo.
A la construcción de estos protagonistas contribuye significativamente la presencia de detalles que, además de enriquecer a los personajes, aportan una lectura profunda y alejada de los tabúes. Patrick Ness aborda con inteligencia temas como la salud mental o las familias desestructuradas, reflejándolas en sus personajes de manera plausible, sin caer en dramas innecesarios. Mike es un buen ejemplo de ello: su voz, muy bien recogida por la traducción de Nuria Salinas, es tremendamente real y sincera.
Así, con una ambientación muy visual y unos personajes con muchísima fuerza, Los demás seguimos aquí demuestra que superar el día a día es una aventura tan emocionante como la de salvar el mundo y que, por muy normales que nos veamos en el espejo, todos somos, a nuestra manera, extraordinarios.