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Desayuno en Júpiter
Andrea Tomé

Plataforma Neo
Reseñas de novedades El Templo#58 (junio 2017)
Por Javier Moriones
8.345 lecturas

Ofelia Bachmann trabaja como voluntaria en la Hiraeth, una ONG que se encarga de proporcionar compañía a enfermos terminales en sus últimos momentos de vida. En este contexto, a Ofelia le encargan acompañar a Virginia Wonnacott —la segunda novelista más famosa de su país— en su lecho de muerte, pues sufre de una enfermedad llamada ataxia. Solo que la escritora no llega a morir y sus últimos días se convierten en semanas.

Amoke Enilo ya había trabajado con anterioridad en la Hiraeth y con Miss Wonnacott, pero la brusquedad y las malas formas de la escritora hicieron que se alejara de la asociación. Las dos chicas se conocen tras varios encuentros fortuitos, que con el tiempo se convierten en encuentros buscados por la atracción que sienten la una hacia la otra.

En el camino de conocerse mutuamente, curar viejas heridas, disfrutar de nuevas experiencias, alejarse de prejuicios y etiquetas y escuchar la última historia de la anciana escritora, se asientan las bases de Desayuno en Júpiter.

Con su tercera novela, Andrea Tomé continúa demostrándonos su crecimiento como autora a través de libros cada vez más complejos, con un estilo lleno de referencias, muy rico en detalles, que se acerca a lo poético y utiliza una serie de imágenes recurrentes que se asocian a los personajes.

Así, ha conseguido crear a dos protagonistas muy icónicas, mediante una muy buena caracterización y una manera original y normalizada de contar una historia de amor, sin convertirla en el único argumento de la obra. Tanto es así que la trama principal se mezcla con la verdad acerca del pasado de la escritora, por lo que escuchamos la voz de tres mujeres distintas.

Todo lo que rodea la historia de Amoke y Ofelia está muy bien conseguido: la ambientación de un Gales del pasado y del presente, los personajes secundarios como Harlon, Tayo o Lisandro, así como las diferencias de clase social de los personajes.

Desayuno en Júpiter hace gala de una facilidad a la hora de narrar que parecería fruto de décadas de experiencia, a pesar de que haya matices todavía por mejorar, soporta muy bien una historia compleja, que trata temas complicados y en los que hubiera sido fácil embarrarse, pero con una elegancia que consigue que sea una novela dulce y mágica de principio a fin.