Cervantes se despierta en su tumba del Convento de las Trinitarias, solo que han pasado cuatro siglos desde su muerte y los tiempos han cambiado mucho. Lo que ha provocado que su fantasma se alce han sido los ruidos que están haciendo los especialistas que buscan su tumba. Como no está dispuesto a seguir escuchando ese jaleo, se ha levantado, los ha saludado y ha salido.
La conmoción del autor empieza nada más ver que está enterrado en la calle Lope de Vega, pues se da cuenta de que su contrincante ha logrado la fama en mejor vida. En un paseo por la ciudad, Cervantes se irá reencontrando con los lugares en que vivió y percibirá la fama que adquirieron sus obras.
En este Madrid, Cervantes llamará la atención por sus vestimentas, sus formas de hablar y la naturalidad con que desempeña su figura. Así acabará pasando por el mundo del teatro, conocerá a un joven inmigrante que se gana unas pocas monedas para subsistir, y se dará cuenta de que necesita luchar por los mismos ideales de justicia y fraternidad que defendió en su obra. Todo esto de manera anónima, claro. ¿Cómo va a decirle a la gente que Cervantes pasea por sus calles?
Vicente Muñoz Puelles se ha atrevido a hacer este homenaje en el cuarto centenario de la muerte del autor alcalaíno. Para ello, se ha valido de un recurso que últimamente encontramos bastante en la ficción: resucitar al autor muerto y enseñarle la repercusión que ha tenido su obra en el futuro.
No se puede negar que ha tenido que tomarse ciertas licencias, como incluir a Cervantes en el mundo del cine y el teatro, y tomar su voz, lo cual es siempre una tarea imponente. Además, se le puede achacar que se remita continuamente a los datos biográficos conocidos del autor para hilar su propia historia, por lo que en ocasiones resulta demasiado didáctico.
El despertar del Cervantes es un libro bastante sencillo, sin muchas pretensiones más que acercar la figura del escritor a una generación más joven, pero no por ello se olvida de los ideales que empapan su obra, y trata de traerlos a nuestra actualidad. Se nota en su estilo el de un autor consagrado, donde las palabras fluyen sin problemas y la lectura se convierte en pausada pero interesante.