¡Cuidado! Esta reseña contiene algunos spoilers de la primera parte.
Aunque los Kereseth se hayan reencontrado, poco queda de la familia unida que una vez fueron. Eijeh, manipulado por el don de Ryzek, ya no es él mismo, y Cisi y Akos no pueden perdonar a su madre por todas las muertes que, como oráculo, podía haber evitado y no quiso.
Sus deseos y sus obligaciones no tardan en volver a separarlos: Cisi se marcha con Isae Benesit a Othyr, el planeta que alberga la Asamblea. Sobre los hombros de Isae recae la responsabilidad de decidir el futuro de Thuvhe, y Cisi no puede permitir que su ira y su pena le lleven a matar a inocentes solo porque sean shotet.
Cyra viaja a Ogra, el planeta donde se ocultan los refugiados shotet que huyeron del gobierno tiránico de su padre y su hermano. Como no puede ser de otro modo, Akos la acompaña, al igual que Sifa y Eijeh, cuyas intenciones siempre son un misterio. Cyra tiene ante sí un camino complicado: conseguir que sus compatriotas confíen en ella, que el resto de la galaxia deje de ver a los shotet como unos bárbaros y que los lazos que la unen a Akos no sean solo los del destino.
Destinos divididos es el cierre de la bilogía Las marcas de la muerte, el regreso de Veronica Roth tras Divergente. Es una lástima que una saga con una ambientación tan fascinante llegue a su fin, pero lo cierto es que el argumento no daba para mucho más. La autora deja de lado los temas que afectan a todo su universo y podían haber dado una trama más épica (el futuro de los oráculos y de los shotet) para contar la historia de Cyra y Akos, los dos pilares de esta historia. Da un poco de pena, pero tampoco nos quejamos mucho: Cyra y Akos son, con diferencia, lo mejor de la saga, seguidos de cerca por Cisi, Sifa y Eijeh.
Tras Las marcas de la muerte pensábamos que estaban todas las cartas sobre la mesa, pero Veronica Roth se guardaba varios giros para mantenernos enganchados. La violencia y la crueldad de algunos personajes no tienen límite, lo que da lugar a un desenlace frenético en el que cualquier cosa es posible. Echaremos de menos a Cyra y a Akos, y solo nos queda esperar que la autora decida volver a este universo dominado por los destinos y la corriente.