¿Qué tienen en común Anne Frank, el protagonista de El show de Truman y los «triunfitos» de OT 2017? Que todos ellos triunfaron por la sinceridad y el realismo que desbordan aquellos que no saben que están siendo observados. Y en su autenticidad reside su éxito.
En las páginas de este diario conocemos la historia de Anne Frank, una joven alemana de trece años, con ascendencia judía, que vive una vida tranquila y despreocupada, asistiendo a la escuela y ajena a los horrores que traería la Segunda Guerra Mundial. Así, las primeras páginas del diario nos hablan de regalos de cumpleaños, discusiones entre amigos, la severidad de sus profesores o incluso el miedo por un examen.
Sin embargo, con la llegada de una citación de las SS a casa de los Frank, su vida da un vuelco, y eso también queda reflejado en el diario de la joven. Todo el mundo sabía lo que sucedía con aquellas personas a las que llegaban citaciones: eran llevados a los campos de concentración. Así pues, en la madrugada del 8 de julio de 1942, los Frank decidieron huir en mitad de la noche al escondite que Anne bautizaría como «la Casa de atrás», y que consistía en unas dependencias ocultas tras una librería, en las oficinas donde trabajaba su padre, Otto Frank, en Ámsterdam.
Comenzaría de esta manera un calvario de secretismo y cautiverio. Anne dejó constancia en su diario de lo mucho que la aprisionaban aquellas paredes y de lo difícil que resultaba no poder ni asomarse a una ventada, escuchar música o incluso caminar con normalidad, ya que los pasos podían ser audibles en las oficinas y corrían el peligro de ser descubiertos. Con el tañido de la campana de la iglesia de Westerkerk como única referencia temporal para los Frank, pasaron dos años y medio ocultos. Supongo que no es spoiler decirte que, en agosto de 1944, fueron descubiertos.
Mientras escribía su diario, Anne no podía ni imaginarse que aquellas páginas pasarían a la historia, ni pensar en la cantidad de personas que leerían sobre los entresijos de su familia o sus aventuras amorosas. Fue por ello que se mostró al mundo con el más desgarrador de los realismos. Con sus deseos, sus dudas, sus miedos y sus anhelos. Y por ello ha pasado a la historia.
No es del todo cierto, en cambio, que Anne no hubiese pensado en publicar su diario. Si bien en un principio solo escribía para ella, se sabe que, en la primavera de 1944, oyó al ministro de educación holandés hablando por la radio. En su comunicado, el político pedía recopilar todos los testimonios que reflejasen la opresión del pueblo holandés por la ocupación alemana. Anne Frank decidió entonces que publicaría su diario al término de la guerra, e incluso comenzó a pasarlo a limpio, corrigiendo extractos, quitando unos y añadiendo otros. Sin embargo, ella y su familia fueron encontrados y detenidos. La joven murió en febrero de 1945, en el campo de concentración de Bergen-Belsen, con apenas quince años, y jamás supo de la repercusión de su historia. Fue su padre Otto (el único superviviente de la familia Frank) quien, tras regresar y recuperar el diario, decidió culminar el deseo de su hija y publicarlo.
Gracias a ello, El diario de Anne Frank es ahora una de las obras más vendidas y leídas de la historia. El Holocausto sigue siendo recordado como una de las experiencias de mayor pérdida de humanidad que nuestra sociedad ha vivido y, en parte, esto es gracias a testimonios como los de Anne Frank, que vivirá para siempre en las páginas de su diario.