Grecia. Edad de Bronce. La población se concentra en aldeas, algunas de las cuales van extendiéndose y haciéndose más poderosas poco a poco. Los que han nacido fuera de la sociedad, como Hilas, se conocen como Marginales y tienen que sobrevivir por su cuenta. La historia empieza cuando los Cuervos (los guerreros de una de las Grandes Casas) empiezan a perseguir y asesinar a los Marginales. Hilas consigue huir, pero pierde el rastro de su hermana, Issi.
Pirra es hija de la Suma Sacerdotisa. Es, probablemente, una de las chicas más ricas y más cultas de Grecia, pero solo piensa en escapar: de su madre, que nunca ha mostrado afecto por ella puesto que solo siente amor por la Diosa, y de su matrimonio concertado con el hijo del jefe de una de las Grandes Casas.
Los caminos de Hilas y Pirra se juntan cuando ambos, en plena huida, van a parar a una extraña isla que parece estar maldita. En ella encuentran un barco naufragado, una cueva llena de ecos susurrantes y los restos de un asentamiento humano que ha quedado arrasado por un incendio intencionado. Hilas y Pirra tienen que volver al continente antes de que los encuentren, pero la isla parece tener voluntad propia y antes les mostrará quién provocó el incendio y por qué los Cuervos están matando a los Marginales.
Lo primero que tienes que tener claro antes de empezar a leer Dioses y guerreros es qué es y qué no es: es una novela histórica y de aventuras ambientada en la Edad de Bronce; no es una novela de fantasía en la que los dioses clásicos se mezclan con la época actual, como ocurre en Percy Jackson y los dioses del Olimpo. Aunque no dejan de ocurrir cosas, en Dioses y guerreros no hay tantas escenas de acción y el resultado es menos épico.
La novela tarda un poco en arrancar, quizá porque hay muchos personajes que presentar, pero a partir del momento en que Hilas y Pirra se encuentran, las escenas de aventuras y emoción se suceden sin descanso, tentando al lector a leer el libro de un tirón. La trama principal se mezcla con pequeñas dificultades que los protagonistas deben superar (como encontrar agua o hacer un odre donde llevarla) que dan mucho realismo a la ambientación. Se nota que Michelle Paver se ha documentado a fondo sobre la Edad de Bronce y logra transportar al lector a esta época, tan poco habitual en la literatura juvenil actual.
En Dioses y guerreros descubrirás una Grecia virgen, llena de vegetación y de animales salvajes, donde el papel de los dioses iba cobrando importancia y un solo objeto podía contener el poder de todo un pueblo.