La pulcritud, el orden y el estilo son las tres normas que rigen la vida de Erik Vogler. Por eso, cuando su padre le anuncia que se equivocó al comprar los billetes para viajar a Nueva York en Semana Santa, y que Erik no puede acompañarlo en el viaje, su mundo se desmorona. Como si eso fuera poco, debe pasar las vacaciones en el pueblo con su abuela, aunque no sientan ninguna simpatía el uno por el otro.
Así es como Erik se ve obligado a pasar esos días lejos de Bremen, conviviendo con su abuela, que no soporta lo maniático que es el joven con la limpieza y las comidas. Lo que Erik no veía venir es que se acabaría involucrando en una serie de asesinatos que han tenido lugar durante las últimas semanas en Alemania. Una melodía que no cesa y un rey blanco de ajedrez lo acechan para que comience a investigar los crímenes.
Con esta premisa Beatriz Osés nos introduce la primera parte de una serie de novela negra que toma como protagonista al excéntrico Erik Vogler. Y es este protagonista tan especial, que roza lo hiperbólico, el que va a hacer las delicias del lector de esta saga. La autora presenta un personaje repelente, odioso a ratos, pero también nos sabe mostrar el lado divertido de sus manías, los problemas que le acarrea ser tan meticuloso y delicado.
La narración del libro es una maravilla: está cuidada al milímetro y se dice lo justo, de forma que cada palabra tiene importancia y aporta algo a la historia. Además, aunque el foco narrativo esté en Erik, la escritora no duda en cambiarlo en mitad de un capítulo, de forma muy sugerente, para mostrarnos otros personajes que son más relevantes para la acción.
Es cierto que el misterio de la obra no es muy complejo, pero es apropiado para una novela que no abarca más de ciento cincuenta páginas. Además, el ritmo se vuelve frenético muy rápidamente, manteniendo al lector en suspense todo el rato, y haciendo que devore esta historia sin darse cuenta. No podemos olvidarnos del elemento paranormal, que se introduce en pequeñas cantidades y, al mezclarse con la intriga, crea un resultado muy original.
Erik Vogler es el libro perfecto para leer estas Navidades entre turrón y polvorones. Déjate atrapar por las historias de este maniático joven, que no han hecho más que empezar. En El Templo no podemos esperar a leer la siguiente.