En la India de mediados del siglo XX convivían personas ancladas en el modo de pensar tradicional con otras que buscaban liberarse del sexismo y el clasismo. La familia de Vidya pertenece a los brahamanes, la casta más elevada, que debe dedicarse a cultivar su mente. En casa de su padre, las mujeres viven en el piso de abajo y no se les permite subir al piso de los hombres ni acceder a la biblioteca; lo único que se espera de ellas es un buen matrimonio. Vidya quiere mucho más que eso, pero no sabe cómo decirlo sin decepcionar a su familia.
Además, la Segunda Guerra Mundial acaba de comenzar y la seguridad de la India peligra. Muchos siguen a Ghandi en su lucha pacífica por la independencia, pero ahora que ha estallado la guerra hay quienes creen que, en una situación así, es necesaria la violencia.
La escalera prohibida nos abre una ventana hacia la India, para mostrarnos sus tradiciones y sus valores, en algunos casos muy diferentes de los occidentales. La historia es ágil y avanza deprisa. El argumento no es muy original y el desenlace es bastante predecible, pero merece la pena ver cómo los temas habituales (el amor, el deber, la lucha por la independencia) se desarrollan en una familia brahaman.
La autora, Padma Venkatraman, nació en la India, aunque ahora vive en Estados Unidos. En La escalera prohibida rinde homenaje a su madre, que un día se atrevió a subir la escalera al piso de los hombres para acceder a la biblioteca, abriendo así la puerta del conocimiento para ella y para su descendencia.