En el año 1950, en una vieja casa de campo victoriana, viven Flavia de Luce, una niña de once años con un extraordinario don para la química, y su familia. Flavia vive con su padre y sus insoportables hermanas mayores, que disfrutan molestándola a todas horas. Ella, sin embargo, prefiere esconderse en el viejo laboratorio, su santuario privado, y experimentar con todo aquello que tiene a mano mientras planea la próxima venganza contra sus hermanas.
Flavia es, ante todo, una niña peculiar que valora más la compañía de los compuestos químicos que la de las personas, y que no tiene miedo a curiosear todo aquello que le parece digno de mención. Por tanto, no es de extrañar que, cuando aparece un cadáver en el jardín, Flavia decida adjudicarse la misión de averiguar quién es el asesino. En el momento en el que detienen a su padre como presunto culpable, esta niña decide hacer de la investigación su máxima prioridad.
Esta novela no se distingue por un argumento excesivamente complejo: una investigación llevada a cabo por una niña en la que el asesino puede entreverse con facilidad. Sin embargo, lo que complica el libro en general es la propia Flavia. A lo largo de la narración el lector necesitará recordarse que la protagonista es solo una niña con un vocabulario muy amplio y unos gustos un tanto extraños, y no una adulta.
De todas formas, el resto de los personajes que rodean a Flavia y que son tan rocambolescos como ella no deben pasarse por alto. Llenos de secretos, harán dudar a la pequeña detective sobre la culpabilidad e inocencia de cada uno. Recuerdan bastante a La familia Addams por su excéntrico comportamiento y el estilo oscuro que cualquiera de ellos tiene en menor o mayor medida.
Por último, este libro está narrado en primera persona por Flavia, lo que nos permite conocer en profundidad su lado más detectivesco y el humor negro que destila cada uno de sus pensamientos, desde vengarse de sus hermanas hasta las continuas críticas contra los adultos. Quizás este no sea un libro para niños pero probablemente a cualquier lector joven le encantaría conocer a Flavia y acompañarla en sus investigaciones.