¿Una chica rara? La tenemos. ¿Un pueblo perdido? Lo tenemos. ¿Algo que parece que va muy pero que muy mal? Lo tenemos. Bien, ya contamos con las bases indiscutibles para empezar una novela de misterio juvenil. ¿Pero qué es lo que diferencia a El Gris del resto?

Uno: sus personajes. Tenemos cuatro, cuatro de todo: cuatro protagonistas (Violet, Harper, Justin e Isaac) que pertenecen a cuatro familias (los Saunders, los Carlisle, los Hawthorne y los Sullivan), que tienen cuatro poderes distintos y que viven en Cuatro Caminos, el pueblo del que hablaba antes. Adolescentes normales… no son. Son los descendientes de los Fundadores del pueblo, y cargan a sus espaldas con generaciones de personas destacadas y responsabilidades que deben cumplir. ¿Qué responsabilidades? Evitar a toda costa El Gris, y aún peor, a la Bestia que se oculta dentro.

El Gris está en todas partes, y a la vez en ninguna. Aparece y desaparece, robando el color al lugar donde se halle y dejando a merced del monstruo a quien tenga la mala suerte de estar por allí. Los Fundadores se encargan de patrullar y mantener seguros a sus habitantes, pero desde hace un tiempo parece que cada vez se está menos a salvo…

Por otra parte, la novela brilla gracias a la perspectiva desde la que está narrada la historia. Se puede apreciar cómo destaca el punto de vista de los chicos, que apenas tienen diecisiete años. Sin duda, este es el punto más fuerte de la novela. Christine Lynn Herman consigue transmitir de una manera magistral la impotencia que sufre la juventud: el duelo y la pérdida de seres queridos, las malas relaciones familiares y las incomprensibles maneras en las a veces los padres tratan a sus hijos, la constante necesidad de aprobación externa, de demostrar su valía ante la sociedad, como si nadie confiara en sus capacidades, y, finalmente, la propia autoexigencia.

La autora compensa la falta de desarrollo de la historia del pueblo y de los recursos sobrenaturales que ha creado con un gran cariño y conocimiento hacia sus personajes. Además, también hay una excelente representación del colectivo bisexual que aporta un toque de realidad muy bueno.

El Gris comienza siendo una lectura lenta y algo difícil de seguir, pero hacia la segunda mitad del libro adquiere un nuevo ritmo ascendente que culmina con un final espectacular. Afortunadamente, el siguiente tomo, La baraja de los presagios llegará en marzo del próximo año. Hasta entonces, y aprovechando el mes de los sustos, no dudes en adentrarte allá donde el color desaparece y la Bestia te espera.