Mat lo ha perdido todo.

Su padre está muerto y su madre, en coma. Su casa, hecha un desastre; y su vida, patas arriba. Y por si fuera poco, la policía descubre que un inquietante caso sin resolver podría tener relación con su familia: su padre parece ser el culpable de un asesinato cometido en Suecia en 1999.

Por suerte o por desgracia, no todo está perdido para Mat, y es que su encuentro con Áxel, un carismático periodista que se ofrece a ayudarla, podría abrirle las puertas a la verdad.

Pero... ¿merece la pena saber la verdad, o es mejor vivir con algunos secretos?

Con una prosa sencilla y amena, Hasta el fin del mundo nos sumerge en la vida de Mat, una joven universitaria que acaba de perder a sus padres en un accidente trágico. Pese a ser una historia con tintes dramáticos, las autoras, bajo el pseudónimo de Amy Lab, saben equilibrar la balanza con personajes llenos de vida y, que en más de una ocasión, te sacarán una sonrisa.

La ambientación no nos resulta lejana, pues la historia nos sitúa en Madrid, ciudad que las escritoras saben reflejar con detalle y que proporciona a la narración un trasfondo realista.

Si bien es cierto que el romance de esta novela es predecible, cabe mencionar que no es el eje central de la historia y que, como trama secundaria, le aporta frescura a la narración. Esto, junto a los cortos capítulos en que está distribuido Hasta el fin del mundo, hacen de esta lectura la delicia de aquellos que buscan algo entretenido y rápido de leer.

Mat lo tiene claro: los secretos están hechos para desvelarse. ¿Y tú? ¿Irías hasta el fin del mundo para descubrir la verdad?