Las brujas dejaron de ser un secreto hace mucho tiempo. Si no que se lo digan a Sabele Yeats: entre su canal de YouTube y su perfil de Instagram suma miles y miles de seguidores que la adoran por sus conjuros, recetas y trucos para atraer la buena suerte.
A Sabele le encanta la vida de influencer, pero le gusta todavía más ayudar a la gente, y está convencida de que podría hacerlo mejor si se convirtiera en la aprendiz de Flora, la bruja más poderosa del aquelarre de Madrid. Lo que pasa es que la magia tiene otros planes para ella. La magia, sí, y también Tinder.
Por culpa de un hechizo, Sabele parece estar irremediablemente atada a Lucas, el chico más desconsiderado, egoísta e imbécil con el que jamás ha tenido la mala suerte de cruzarse tanto en internet como en la vida real. La bruja intenta deshacerse del vínculo… pero, de nuevo, la magia trunca sus planes. Tras una serie de catastróficos incidentes, Sabele libera a un peligrosísimo fantasma con sed de sangre. Ahora, además de intentar librarse de Lucas, tendrá que evitar que se rompa la tregua que mantiene a salvo a las brujas.
La premisa de la primera novela de Raquel Brune es el tipo de fantasía que todo millennial podría desear: chicas poderosas con o sin magia, almas gemelas ligadas a Tinder y brujas que deambulan por el Madrid actual. Sin embargo, la historia no se queda en una (muy válida) desventura intrascendente: las pinceladas que la autora deja caer sobre el mundo de las brujas y los nigromantes, sus poderes y su pasado, dan a entender que todavía queda mucho por descubrir. Cabe destacar la construcción de los segundos, pues reflejan las dinámicas de ciertos colectivos extremistas que atentan contra las libertades en la actualidad.
El elenco protagonista está compuesto por personajes muy diversos a todos los niveles. Lucas es, quizás, quien se lleva la palma: al contrario que muchos intereses románticos despeinados, con rollito grunge y ausencia de sentimientos, Lucas es verdaderamente insufrible al principio, y tiene una evolución que de veras hace que se te levanten las comisuras de los labios.
En definitiva, Hermandad es una historia que equilibra subtramas personales con magia, acción a raudales, humor e incluso pequeñas dosis de misterio, y que logrará mantenerte en vilo hasta el mismísimo final.